Bloque 3

Expertos de la U. de Santiago analizan el rol de las redes sociales y el uso de bots durante la actual crisis

Expertos de la U. de Santiago analizan el rol de las redes sociales y el uso de bots durante la actual crisis

Chile despertó. Quizás esta ha sido la frase que más se ha repetido a un mes del inicio de las movilizaciones que provocaron el acuerdo parlamentario para cambiar la Constitución Política.  Un despertar, en el que los medios de comunicación y las redes sociales (rrss) juegan  un rol fundamental, para bien o para mal, al encargarse de mantener a la ciudadanía informada.

Verdades, mentiras, omisiones, despidos y  renuncias han sido parte de la agitación que ha provocado las manifestaciones en el plano mediático.

Para el Dr. René Jara, director de la Escuela de Periodismo de nuestro Plantel, “bajo el actual escenario comunicacional está en juego la legitimación de los medios comerciales por parte de la ciudadanía y cómo utilizó canales de información alternativos para dar a conocer situaciones, en donde la prensa no podía acceder o no mostraba”.

Jara advierte dos temas importantes. Uno es la deslegitimación importante de lo que sería la institucionalidad mediática, es decir, los medios de comunicación más tradicionales, y en ese espectro fundamentalmente la televisión ha sido puesta en cuestión. Segundo, lo que me parece relevante, es la emergencia de canales de contrainformación en un contexto de protesta”, afirmó el especialista en tecnologías aplicadas al voto.

Para el periodista, esta otra mirada de los hechos antiguamente estaba liderada por las vanguardias políticas, pero en la actual crisis han sido “los ciudadanos los que han captado con sus cámaras y celulares, millones de imágenes de la protesta. Llegan  a lugares que los medios tradicionales no pueden arribar, por que no tienen ese nivel de ubicuidad, es decir  no están situados en todos lados”.       

Con respecto a la veracidad de la información que se entrega a través de estos canales, cree que es complejo chequearla, puesto que “no están sometidos a una gramática de orden, de control, por lo tanto es mucho más difícil verificar la fuente de este formato”, afirmó.

Advierte que a partir del plebiscito comenzarán “a montarse muchas técnicas de propagación. Entre ellas, bots y otras que darán paso a una “guerrilla”, en el sentido de informaciones y contrainformaciones, a propósito del sentido de la Asamblea Constituyente”, sentenció Jara.

Uso responsable de redes sociales

"Hoy un taxista me dijo que vive en Puente Alto en un barrio malo, un vecino que delinque le dijo que les pagaban por incendios y saqueos; ¿quién les paga pregunté?! Los comunistas me dijo, entre 20 a 40 mil pesos. La historia se cuenta sola…".

Este texto fue publicado, de forma idéntica, en distintas cuentas de twitter, provocando que muchos usuarios denunciaran que un bot estaría detrás del escrito. El mecanismo es un argot tecnológico que simula ser una persona en una red social y que es creado con un fin determinado, completamente distinto al normal o habitual de un usuario que busca interactuar o convivir con otros.

Su utilización tomó relevancia mundial con el escándalo de Cambridge Analityca, en donde se descubrió que Facebook cedió información privada de usuarios a esta consultora, en condiciones inciertas; datos que luego utilizó para construir discursos y campañas políticas. En este caso en específico, la candidatura era de Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos.

La Dra. Pamela Figueroa, académica de la Facultad de Humanidades de nuestra Universidad, cree que esta situación y otras donde se ha utilizado este método “es indebido y atenta contra la democracia, porque uno de sus principios es contar con una información transparente, fidedigna y confiable”.

Pese a ello asegura que “las redes sociales con lo bueno y lo malo, son parte de la sociedad actual; entonces hay ir aprendiendo a lidiar con eso, hay que saber utilizarlas de manera democrática y eso significa tener mucho cuidado con la información que se maneja”, afirmó la cientista política.

En esa línea, consideró que la utilización de estas herramientas, en el actual escenario nacional, ha sido positiva y negativa. Lo bueno es que ha podido reunir a gente que no se conocía en las manifestaciones y seguir el minuto a minuto, por ejemplo, la discusión del acuerdo parlamentario para una nueva constitución.

Lo malo- añade- es que han existido discursos de odio, noticias falsas o intentos de  manipular a la opinión pública para que tome posición en un tema específico. Por eso sostiene que “lo importante es hablar sobre el buen uso de las redes sociales, educarnos cívicamente con respecto a estas y utilizarlas como medio de información, que es el aspecto positivo que tienen”.

Derecho a decidir y participar: ¡Apuren el tranco!

Derecho a decidir y participar: ¡Apuren el tranco!

Tengo dos amigas que son hermanas y crecieron entre Buin y Batuco. A poquitos kilómetros de Santiago, sin embargo tan lejos de la capital y de sus privilegios. Para ir al colegio viajaban en una micro carísima, toda rota, de pie, de madrugada, y siempre maltratadas por los choferes porque pagaban estudiante. Las dos fueron a la Universidad, las dos tienen CAE. Ambas trabajan en la actualidad en contacto directo con el territorio, son creativas y se dedican con un cariño inmenso a ayudar a sus comunidades, empoderarlas y fortalecer las redes.


Ambas han pagado ya casi tres veces el valor de sus respectivas carreras. Las he visto durante años postergar incluso gastos de primera importancia pero pagar religiosamente su crédito. Las he visto llorar de rabia, porque para ellas (para miles de ellos y ellas) haber soñado con la universidad lo han pagado caro: cargan con una deuda gigantesca, impagable, que les cierra puertas incluso para encontrar trabajo. Y sin embargo, nunca han fallado, nunca dejan de pagar. Son ciudadanas ejemplares.

Como ellas, el país está repleto de personas ejemplares. Amables, trabajadoras, cariñosas, responsables. Son adultos y adultas a cargo de sus vidas y se las arreglan todos los días para que la plata alcance, los hijos y las hijas vayan a estudiar y en la mesa la comida no falte. El problema es cuando se enferman, o tienen un accidente, o alguien les roba, o quieren ir al cine, o comprar un libro, para qué decir ir de vacaciones en familia, o salir a comer, o ir a la universidad. Ahí ya no se puede, porque aunque trabajan más que nadie, la plata no da.

Esas personas, que son la inmensa mayoría de Chile, que organizan completadas, donan plata para causas solidarias, cuidan hijos ajenos, cuidan a sus padres y madres, a sus enfermos y los de la cuadra, sueñan que algún día (algún día no lejano), sus hijas e hijos harán lo que ellos no pudieron hacer con sus vidas.

La cosa es que la tarde del 18 de octubre algo pasó y la rabia cundió. En este movimiento no hay líderes, no hay peticiones únicas, no hay financiamiento internacional. Hay hastío, cansancio y ganas de vivir mejor. De ser viejo y no andar pidiendo frutas y verduras podridas en las ferias, ni andar por horas caminando porque no hay plata para la micro, ni tener que pasar el verano encerrado entre cuatro paredes porque en kilómetros a la redonda no hay árboles ni plazas, ni agua fresca.

Mis amigas son alegres, solidarias y están llenas de esperanzas y proyectos. Si alguna de ellas fuera elegida para ser delegada de una Asamblea Constituyente, yo me sentiría orgullosa de que me representaran. Sabrían de verdad dónde están los problemas y actuarían con responsabilidad y sentido de urgencia.

¿Qué más necesita el gobierno para comprender? ¡Apuren el tranco! Hay millones de ojos mirándolos y esperando que lideren, que estén a la altura, desde el Presidente pasando por todas las autoridades nacionales, regionales y locales. Queremos ejercer el derecho a decidir y participar. Un cronograma y un objetivo pronto.

Premio Nacional de Historia 2006, Dr. Gabriel Salazar, calificó de “insólito e histórico el momento actual del país”

Premio Nacional de Historia 2006, Dr. Gabriel Salazar, calificó de “insólito e histórico el momento actual del país”

Se puede estar o no de acuerdo con sus posturas, pero lo que no se puede discutir es que es un referente al momento de hablar del proceso actual que vive nuestro país. La publicación de su libro “El Ejército de Chile y la soberanía popular” y la coyuntura, fueron parte de la entrevista realizada al Premio Nacional de Historia 2006, Dr. Gabriel Salazar, en los estudios de Radio Usach.
En La hora del Museo, programa producido por el Museo Histórico Nacional y transmitido por nuestra emisora, presentó la publicación que aborda la historia del Ejército de Chile y su relación con la ciudadanía desde la Independencia hasta nuestros días.

Para el autor, el texto coincide con momentos en que se exige la redacción de una nueva Carta Magna, donde “los militares sean un ciudadano más, que por tanto deliberemos juntos (…) sean conscientes que defienden una Constitución que emana del pueblo y no la de la elite o del capital extranjero”, entendiendo que los uniformados responden a un documento normativo político redactada por unos pocos.

En ese sentido cree que a la rama castrense “hay que reeducarla o que ella se auto eduque, en el sentido que deben obedecer al verdadero soberano; a la soberanía ciudadanía expresada en una asamblea libre respecto a cómo se construye una Constitución”, afirmó

Con respecto a la salida de los militares a la calle, tras el decreto de estado de emergencia de octubre pasado, el historiador sostuvo que cada vez que surgen crisis de representatividad política, los Gobiernos han ocupado las herramientas que la ley dispone para restablecer el orden público. Pero “cuando la rebelión ciudadana es muy potente, el orden se reestablece con el Ejército en la calle y ellos en la calle solo saben disparar”, sentenció.

De ahí que la presencia en la vía pública de los hombres a cargo del General de División, Javier Iturriaga del Campo, sea un hecho “insólito e histórico”, puesto que “el Ejército ante una crisis de representatividad -la más grande la historia- no ametralló como en Santa María de Iquique; no masacró, ni torturó sistemáticamente como lo hizo con Pinochet, lo que no resta que existieran apremios ilegítimos en esta intervención”, comentó el Premio Nacional de Historia 2006.

Nueva Constitución Política

Quizás la petición que más ha tomado fuerza en estas tres semanas de protestas y movilizaciones, ha sido la participación ciudadana en la redacción de una nueva Constitución Política. Respecto a este tema el historiador sostuvo en el espacio conducido por el periodista Luis Cruz que la " Carta Fundamental es el orden social que rige una comunidad dada y lo lógico es que la comunidad misma sea la que la dicte”. En tanto, que el principal derecho humano de una comunidad viviente –dijo- es darse un orden social y político que estime conveniente, la soberanía es una voluntad colectiva y para construirla debe haber una deliberación libre al interior de una comunidad", precisó.

Luego añadió que es ese escenario el que “nunca los pueblos que viven en el país han podido realizar, porque cada vez que ha sido necesario dictar una Constitución, de una u otra manera, a través de la fuerza ilegítima se ha impedido y reprimido a la ciudadanía; y solo un grupo pequeño ha dictado la Carta Magna en Chile", señaló Salazar.

Pulsión Juvenil

Para muchos las acciones que detonaron el estallido social (evasiones del metro) fueron parte de un acto adolescente que no tenía orgánica, ni un objetivo político y que no tendría mayores consecuencias. Es el caso del Rector de la Universidad Diego Portales, Dr. Carlos Peña, quien en su columna dominical de El Mercurio aseguró que “las nuevas generaciones están huérfanas de orientación (…), y así carentes de orientación ideológica, quedan presas de sus pulsiones”. 

Para el coautor de Historia Contemporánea de Chile lo que interesa en el movimiento adolescente no son las propuestas, sino lo que siente y lo que niega. Por ejemplo: “instintivamente en El Mochilazo del año 2001, sacaron una consigna que es un norte revolucionario que estos caballeros parece que no entienden. “La asamblea manda”. ¿Qué significaba eso? Nosotros mandamos. No el Gobierno, no los partidos políticos, no los intelectuales de moda”, sentenció.

Agregó que “los adolescentes plantearon de golpe y porrazo una revolución en la política chilena (…) Si eso no es norte ¿qué es?”, puntualizó.

Orquesta Clásica Usach llega a Recoleta con obras de Violeta Parra y Víctor Jara

Orquesta Clásica Usach llega a Recoleta con obras de Violeta Parra y Víctor Jara

Se suele decir que la música de Ludwig van Beethoven fue la banda sonora de la Revolución Francesa. El músico alemán vivió en un mundo agitado; de transición y su música reflejó la intensidad de ese momento. Como hijo de su época, fue un fiel defensor de los principios de la libertad, igualdad y fraternidad, y quiso incluso componerle una pieza a Napoleón Bonaparte, que luego desechó, destrozado, cuando el francés se autocoronó emperador.

De esa traición nació la Sinfonía 3, “Heroica” en 1804 y cinco años después, el músico reivindicó su espíritu de agitador con la “Obertura Egmont”, retratando lo que para él era un verdadero héroe encarnado en este conde del Estado de Flandes, quien dio su vida por defender sus ideales y cuya muerte detonó la Independencia de los Países Bajos.
La obertura, una de las más intensas y exuberantes de Beethoven, marca el regreso a los escenarios de la Orquesta Clásica Usach, que la interpretará en un concierto de extensión en la Iglesia Recoleta Domínica, este miércoles 13 de noviembre, a las 18 horas.

Bajo el nombre de “Concierto por el derecho de vivir en paz” el programa incluye la “Sinfonía Concertante para violín y viola” (1779) de Wolfgang Amadeus Mozart, además de obras de autores chilenos: “Andante Apassionato” (1902) de Enrique Soro, precursor de la música orquestal en Chile y creador de la primera sinfonía local, “El gavilán” (1964) de Violeta Parra, una de las principales folcloristas de América del Sur y “El derecho de vivir en paz” (1971), de Víctor Jara, cantautor y director teatral, una de las voces clave de la canción Latinoamericana, asesinado en 1973 por agentes militares.

“Hoy más que nunca es importante hacernos parte de lo que sucede en el país haciendo lo que mejor sabemos, reuniendo a la gente en torno a la música y a la emoción. Algunos considerarán un acto superfluo hacer un concierto, yo creo es necesario hacer que el público piense y sienta”, dice el director invitado en esta ocasión, Víctor Hugo Toro.

Desde hace ocho años el músico chileno es director titular de la Orquesta Sinfónica de Campinas, una de las agrupaciones más importantes de Brasil con 90 años de historia. El director, por cierto, tiene una relación estrecha con la Orquesta Clásica de la Usach, a la que ha dirigido en varias oportunidades, pero además como público desde niño. “Mis padres eran de Estación Central y yo me crié yendo a escuchar conciertos al Aula Magna, me críe con su repertorio de piezas clásicas”, reveló.
Este concierto de extensión -financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio bajo el proyecto “Apoyo a Orquestas Profesionales”-, se realizará por primera vez en la Iglesia Recoleta Domínica, una de las más antiguas de Chile, levantada entre 1853 y 1882 en terrenos que fueron donados a la orden de Santo Domingo por el conquistador Rodrigo de Quiroga y su esposa, Inés de Suárez.

“Es importantísimo que las orquestas puedan salir de sus lugares habituales. Se piensa equivocadamente que hacemos música para una elite y se olvida que, en su tiempo, esta era la música popular que se escuchaba en las calles, los salones y cafés”, comentó Toro.

“Considerando el duro contexto que estamos viviendo, quiero pensar que las personas que se permitan venir a este concierto romperán el miedo y la preocupación por los disturbios, para seguir haciendo sociedad. les queremos dar la mejor experiencia posible”, concluyó.

Diálogos y homenajes

Si Egmont de Beethoven habla de revolución, la “Sinfonía Concertante para violín y viola” de Mozart, refleja el diálogo que pueden alcanzar dos instrumentos tan similares como distintos entre sí, para unirse en una misma melodía. “Es una buena metáfora de este momento en el que debemos sentarnos a conversar como país”, dijo el director. La pieza será interpretada por las solistas Lucía Ocaranza (violín) y Mariel Godoy (viola).

Para cerrar, el concierto se enfocará en tres compositores chilenos claves en sus géneros: Enrique Soro, Violeta Parra y Víctor Jara. “La de Soro es una obra muy sentida, expresiva, un homenaje a los chilenos que han muerto en estas duras semanas y la de Violeta es simplemente una de sus canciones de amor más desgarradoras e intensas, escritas un año antes de su muerte”, resume el director Víctor Hugo Toro.
De Víctor Jara, en tanto, se interpretará” El derecho de vivir en paz” que ha resurgido como uno de las canciones emblemas en las últimas movilizaciones sociales.

Se suspende Festival Internacional de Música Antigua U. de Santiago, FIMA 2019

Se suspende Festival Internacional de Música Antigua U. de Santiago, FIMA 2019

Frente a la situación por la que atraviesa nuestro país, la comisión organizadora decidió cancelar la realización del Décimo Quinto Festival Internacional de Música Antigua de la Universidad de Santiago.

El evento que tendría lugar durante esta semana iba a contar con la destacada participación del violagambista español, Jordi Savall.

Su presencia en nuestro país era producto de una alianza con Viña Santa Rita, que también suspendió su actividad.

De acuerdo al comunicado que emitió la comisión organizadora del XV Festival Internacional de Música Antigua U. de Santiago, FIMA 2019, el concierto contó con el apoyo económico de 300 personas, quienes abonaron con anticipación una reserva de sus respectivos asientos.

La Corporación Cultural de nuestra Universidad se pondrá en contacto con cada uno de ellos para efectuar la devolución correspondiente del aporte entregado.

La nota de prensa agradece la comprensión de todos los conjuntos y músicos que iban a participar de este evento, que es único en su naturaleza en Chile, y el apoyo también del público.

 

La extrañeza de la elite ante el cambio: El esperanzador camino de la incompetencia

La extrañeza de la elite ante el cambio: El esperanzador camino de la incompetencia

Resulta inimaginable pensar que hace menos de tres semanas la derecha se encontraba celebrando la posibilidad de un segundo gobierno, buscando la o el candidato entre varias alternativas. O que la Democracia Cristiana había sido parte de un acuerdo con el Gobierno para producir una medida que aumentaba la desigualdad, como era la reintegración tributaria. Los medios de comunicación seguían discutiendo banalidades, a pesar de que, en más de una ocasión, habían recibido críticas de las personas que se encontraban en paraderos de micro, plazas, en la calle, por hablar estupideces. Veíamos el surgimiento de una nueva generación de filósofos políticos de derecha que defendían las virtudes consagradas en la Constitución, la forma de propiedad y el patrimonio institucional chileno.

Hoy esa realidad resulta lejana. Pero, lo que a mí me sorprende es la extrañeza que siente la élite ante este cambio: desde el rostro televisivo que descubre lo molesta que estaba la sociedad chilena con la desigualdad, hasta Sebastián Piñera, quien salió a comer pizza el 19 de octubre. Toda una élite, con centros de opinión, financiados con millones de dólares por el empresariado, Universidades construidas al amparo de un sistema institucional levantado por las autoridades de esas mismas universidades.

Extraño, pues los indicios estaban ahí desde el año 2001, cuando miles de estudiantes secundarios lograron expropiarle la tarjeta estudiantil a la mafia del transporte. Sí, ese año el problema era con el transporte. Tampoco lo oyeron el año 2007, cuando durante dos semanas, el Transantiago tuvo a Santiago colapsada.

Ni el año 2006, cuando la virtual totalidad del sistema escolar chileno se tomó sus liceos. En todo Chile, no sólo en Santiago.

No lo entendieron cuando el año 2010 explotó el terremoto social, al amparo del terremoto que afectó a la zona central. En ese momento, el aparato institucional que nos vendían como modelo de eficiencia, no dio el ancho.

No tuvieron sensibilidad con Aysén, ni con el Chiloé está privao’… ni con nada que saliera de Santiago.

No lo vieron el año 2012, cuando gracias al voto voluntario quedó por primera vez en evidencia la base de representatividad del sistema político. En la elección de alcaldes se expresó de forma tajante la separación existente entre tres Chiles y su relación al voto: el de los “winner” (o güiner, que se parece mucho a güiña), el del miedo a la transformación y el de la creatividad social enhebrada en la lucha de clases. 
 
Despreciaron la rearticulación del tejido social que se fue construyendo en miles de experiencias colectivas de nuevo tipo: experiencias de autoeducación, formas de autogestión y todas ellas con autonomía del corrupto sistema institucional que la dictadura y su constitución fueron construyendo y cooptando. Citaban a Marx con soberbia intelectual diciendo que las clases sociales se habían terminado y habían sido reemplazadas por segmentos de consumo que expresaban distintas formas de molestia con la modernización capitalista.

No lo vieron venir. Cuando sucedió no lo quisieron creer. Cuando se dieron cuenta de lo grave que era, lo atribuyeron a invasiones alienígenas o guerras. Cuando el 80% de la gente (incluso en la encuesta CADEM), señala que desea cambios profundos, que incluyen la Constitución. Cuando sólo un mínimo porcentaje (insisto, en la encuesta que dirige Izkinson) apoya al gobierno, durante dos semanas seguidas, y aún no hay capacidad de proponer cambios políticos más profundos para recuperar algo de apoyo. Así se entiende por qué los errores se sucedieron uno detrás de otro.

En sólo tres semanas cometieron las siguientes idioteces políticas, si fueron forzados o voluntarios, permite discusión.

En primer lugar, nunca dimensionaron lo que implicaba cerrar las puertas de las estaciones de Metro y llenarlas con fuerzas especiales. Si había sido necesario llegar a esos niveles de uso de fuerza represiva, el problema no era policial, había pasado a ser político.

Luego, se escucharon a sí mismos y a quienes les palmoteaban la espalda. La estrategia de enfrentarse directamente con la movilización social mediante la represión quedó zanjada fatalmente el viernes 19 de octubre. De ahí en más, la incompetencia se iría agudizando.

Entonces comenzó la batalla mediática. El Gobierno pensó que bastaba con tener a los dueños de los medios de su parte para lograr controlar las líneas editoriales de noticieros, matinales, programas de opinión, etc. y volcar a la mayoría en su favor. Sin embargo, no leyeron a Gramsci o lo menospreciaron, sino sabrían que el control mediático es exitoso en tiempos de hegemonía ideológica. Pero, en momentos cuando se está usando la violencia represiva desnuda, la contradicción entre el enunciado mediático y la realidad es tan flagrante, que es imposible obtener un control total de lo que está sucediendo y encauzar la opinión dominante. Es el camino directo a la derrota ideológica.

La estrategia contra el paro docente y la ley (j) Aula Segura, como ejemplo de política. Es posible que debido a la dimensión y extensión que está viviendo el conflicto social en este momento, hayamos tendido a olvidar que durante este mismo año el sistema escolar municipal estuvo parado casi en su totalidad y el Congreso de la República permitió que funcionara una ley que quedará en la historia de la infamia legislativa chilena, al lado de la ley Maldita de González Videla. El Colegio de Profesores, instancia que promovió el paro docente, intentó obtener algún nivel de resarcimiento respecto de la deuda histórica que el Estado de Chile tiene con las y los profesores jubilados, lo que ha sido reconocido innumerables veces, sin que se pague hasta hoy ni un peso de dicha deuda. La estrategia en aquella ocasión fue desgastar el paro, cansando a sus dirigentes y vinculándolos a aceptar propuestas que no tenían que ver con una respuesta a lo solicitado. 
 
En el caso de los secundarios, con menos que perder que los docentes, la estrategia represiva fracasó estrepitosamente, aumentando el uso de la violencia en extensión e intensidad. Esta estrategia, semejante a la negociación con un “gremio”, puede ser efectiva si se relaciona con un ámbito económico o social, pero si la crisis se extiende a la totalidad de la sociedad, entonces se hace obligatorio hacer uso sistemático y no esporádico de la violencia represiva. Esto, pues la movilización social, lejos de disminuir, va aprendiendo a combatir en la calle para defenderse de la represión. Ninguna fuerza policial, por militarizada que esté, puede usarse para contener a millones de personas dispuestas a movilizarse hasta el final. Menos aún, cuando esa misma fuerza represiva viene cuestionada por la infinita cantidad de casos aislados de vinculación con narcotráfico, corrupción, tortura, violencia sexual, entre otras prácticas. Todas con meras responsabilidades individuales, por supuesto.

Y, así llegamos, al que creo es el último error político de antología. En los Discursos, Maquiavelo, señala que, si es necesario hacer un cambio, es bueno que él, aunque este dictado por la necesidad, aparezca como un gesto de gratitud del sistema institucional. Porque cuando algo lo dicta la necesidad, si el gobernante y el sistema institucional no son capaces de responder a tiempo, cada segundo que desperdician combatiéndola, representa un desgaste tan amplio de fuerzas, que puede terminar en la caída de todo el sistema institucional. La Unión Soviética tenía millones de soldados y, aun así, cayó por sus contradicciones que no supieron ser resueltas a tiempo. Para cuando Gorbachov aceptó lo que dictaba la necesidad, ya era tarde.

Sin embargo, para quienes nos encontramos de la otra vereda respecto del sistema institucional, para aquellos que nos sentimos secuestrados en las AFPs, sojuzgados por una Constitución ilegítima, desprotegidos frente a la impunidad de sus relaciones de todo tipo (incestuosas es lo único que las unifica), que este sistema estalle, no representa una razón para botar una lágrima y, más aún, abre un camino de esperanza, pues se sustenta en una lucha, una batalla, que se da en el día a día, en los territorios reales y simbólicos, en la coordinación incipiente y en la capacidad de recuperar la soberanía económica desde una perspectiva de clase.

Hay un programa, hay un sujeto histórico y años de aprendizaje y (re)conocimiento. Por eso la movilización no se desgasta y, al revés, crece más y más.

Hace dos semanas pedir nueva Constitución mediante Asamblea Constituyente resultaba una política de ultra izquierda. La incompetencia del Gobierno y la indolencia de las elites de todo tipo han aumentado la rabia en ese lapso y subido la apuesta. Hoy, hasta quienes votaron por Piñera (el senador Manuel José Ossandón, por ejemplo), quieren una nueva Constitución. Pero, como la incompetencia sigue operando, la Constitución va pasando a ser suntuaria frente al desarrollo de un poder real y material.

Una huelga general en pleno siglo XXI puede alcanzar dimensiones transformadoras incuantificables en el desarrollo y consolidación de un nuevo poder popular. Tengo la esperanza de que esta tesis llegue a ponerse a prueba. Hasta aquí es sólo un deseo, como hablar de Asamblea Constituyente hace 2 semanas.

La insignificancia de la confianza

La insignificancia de la confianza

Esta ruptura, tan violenta y dolorosa, es también la oportunidad para sentar las normas de una nueva convivencia más equitativa y más solidaria, de un mayor reconocimiento de la legitimidad de las diferencias, de un acuerdo social que movilice la reconstrucción de la invisibilizada confianza.

Cuando parece evidente que no es posible individualizar responsabilidades ante lo que estamos viviendo en Chile y que necesitaremos mucho trabajo para contar con una explicación suficientemente comprensiva de la profundidad de esta crisis, es necesario introducir un antecedente adicional en el análisis del origen de esta ruptura.

Lo más obvio a señalar es que el responsable no está en las/los otros: el/la violentista, el/la delincuente, el presidente, el gobierno anterior o los ricos, o al menos, que no se es responsable sin ser a la vez producto/parte de un sistema que deshumaniza las relaciones y antepone las condiciones. En nuestro país se ha perdido el vínculo, no cuando subieron los pasajes del metro, no cuando llenamos del corners y malls la ciudad, no cuando nacieron las AFP, sino con todo ello, en un proceso progresivo y profundo de debilitamiento del tejido social.

Es cierto que existe descontento y frustración por las profundas desigualdades y la permanente vulneración de derechos, tanto como lo es que la experiencia de la exclusión se ha incrustado en las relaciones sociales, continuamente y por décadas apremiadas por la diferencia de clases, diferencia del todo necesaria para viabilizar el acceso oportuno y efectivo a bienes y servicios básicos. Si la distinción que refería Bourdieu servía a los fines de expresar un cierto lugar en la escala social, en Chile sirve la abrazamos también por supervivencia.

Si pudiera expresarse de alguna manera, las relaciones sociales se conforman como un holograma de ejes de inclusión y exclusión polarizados por nombres, etnias, origen, raza, creencias religiosas, adhesión política, condición laboral, modos de hablar y vestir, barrios, costumbres y un sinfín de códigos que los habitantes utilizamos para reconocernos, más no para conocernos.

Se dice que Chile es un país solidario, sin embargo, las relaciones de solidaridad no se sostienen con una Teletón anual o una campaña de ayuda a una zona afectada por un desastre natural porque no es lo mismo la caridad, como acto unilateral de compartir o donar algo, que la solidaridad, comprendida como la colaboración mutua entre personas y grupos humanos con miras a un objetivo común. Podemos aceptar y quizás experimentar satisfacción por el hecho de aportar con dinero a una fundación de beneficencia para la construcción viviendas sociales, pero no queremos la vivienda social en el barrio.

Las profundas divisiones sociales han transformado a las ciudades, a los establecimientos escolares, a las instituciones de educación superior, a los balnearios o a los centros comerciales, en la expresión territorial de una sociedad fragmentada, al tiempo que en múltiples garantes de su perpetuación al impermeabilizar las fronteras para la llegada de los “desclasados”. Y en un acto fallido, el ahora destruido metro de Santiago tardará muchísimo más en lograr llegar al Parque Arauco.

Y es que la fragmentación impide la construcción de los vínculos necesarios para desarrollar la mínima confianza en otros/otras distintos, esa razonable fe que las diferencias entre las personas no constituyen por sí mismas fuentes de sospecha. 

El modelo socioeconómico chileno, basado en la privatización de bienes, servicios, derechos y relaciones sociales, explican porque el sistema educacional ha transitado hacia la validación de la educación privada por sobre la educación pública y cuyo desarraigo es sino la mayor, una evidencia más de la pérdida del sentido de lo colectivo, del desprecio a la construcción de un sentido de lo común. Los padres y apoderados hoy, motivados por la posibilidad que sus hijos accedan a establecimientos de mayor calidad, léase, más competitivos, con docentes mejor remunerados, con mejor infraestructura y más acceso a redes selectivas, optan por los establecimientos en directa relación con su capacidad de pago.

En consecuencia con esta fragmentación, la educación terciaria también se ha convertido en un campo propicio para la reproducción de las diferencias sociales: según tipo de institución (universidad, instituto profesional, centro de formación técnica), según tipo de universidad e incluso según tipo de carrera, convirtiéndose prácticamente en extensiones de los correspondientes establecimientos escolares.

Pero no se trata no sólo de entregar contenidos y de amigos, sino también de aprender a vivir en una sociedad compleja, de forjar la capacidad de entendimiento mutuo, de construir las bases para la convivencia armónica. La educación pública no es necesaria sólo para que estudien los que no pueden pagar o elegir libertad de enseñanza, es antes un espacio de encuentro de las y los futuros ciudadanos de un país, un espacio en el que las nuevas generaciones pueden conocerse para no enfrentarse a futuro como extraños, donde niños y niñas pueden relacionarse sin el peso de las etiquetas del micromundo que les ha sido asignado.

Tampoco se trata de romanticismo ni idealismo, sino de constatar cuan aguda es la escisión social en Chile y de evidenciar que lo que estamos viviendo no es casual ni en caso alguno debiera sorprendernos. Pero esta ruptura, tan violenta y dolorosa, es también la oportunidad para sentar las normas de una nueva convivencia más equitativa y más solidaria, de un mayor reconocimiento de la legitimidad de las diferencias, de un acuerdo social que movilice la reconstrucción de la invisibilizada confianza.

Usach reflexiona sobre impactos y desafíos de la educación de postgrado

Usach reflexiona sobre impactos y desafíos de la educación de postgrado

Desde el lunes 4 al miércoles 6 de noviembre, se realiza el curso “Prospectiva: tendencias mundiales y regionales de la educación superior y sus consecuencias para el postgrado”, organizado por la Vicerrectoría de Postgrado de la Universidad de Santiago de Chile. 

La actividad académica se desarrolla en el Centro de Estudios de Postgrado y Educación Continua (Cepec), y este lunes tuvo su primera jornada con 30 personas inscritas, que corresponden a profesionales del área de distintas instituciones educacionales.

El Vicerrector de Postgrado, Dr. Cristián Parker Gumucio, señaló que esta iniciativa es necesaria para pensar los desafíos que se dan a consecuencia de los cambios del mercado laboral y las Universidades, pero específicamente los postgrados, que deben adecuarse a condiciones de empleabilidad.

De acuerdo a la autoridad de la VIPO, el desafío de los planteles está en reflexionar sobre su quehacer y repensar su oferta. “Hay que reorientar la oferta de postgrados de las instituciones de Educación Superior de aquí al 2030 y este curso es un aporte fundamental”, puntualizó el Vicerrector Parker.

Experto internacional

El curso es dictado por el académico cubano y doctor en estudios latinoamericanos de la Sorbonne, Francisco López Segrera, quien además fue director de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de Unesco en Caracas; y del Instituto Internacional de Educación Superior de América Latina y el Caribe (IESALC).

El objetivo es dar a conocer el estado del arte del debate actual y de las diversas visiones sobre las principales tendencias de la Educación Superior y de los postgrados a nivel mundial y regional.

“Hoy el alumno busca empleabilidad, por lo tanto, América Latina debe pensar en mejorar el manejo de la practicidad de la Educación Superior y el acceso a la empleabilidad para adecuarse al escenario global”, sostuvo el académico.
Para el experto, las Universidades, ya sean públicas o privadas y “que no sepan adaptarse a estos cambios, van a cerrar sus puertas”.  

Rosa Zapata, una de las asistentes al curso y funcionaria de la Universidad Católica de Temuco comentó que “es interesante esta invitación a reflexionar y  al análisis después de conocer cifras y situaciones de otros países, porque estamos justo en un momento en que debemos pensar desde otra vereda nuestra realidad”.

Marcia Bravo, perteneciente a la Dirección de Admisión y Postgrado de la Universidad San Sebastián, coincidió en que se trata de un ámbito “muy relevante en este minuto donde los Planteles de Educación Superior estamos expectantes sobre cuáles son los desafíos para los años que vienen. Esto nos servirá para proyectarnos y saber dónde estamos situados”, comentó. 

Experto en historia de las instituciones advierte negativos efectos de acusación constitucional a Piñera

Experto en historia de las instituciones advierte negativos efectos de acusación constitucional a Piñera

Parlamentarios del Frente Amplio y el Partido Comunista han manifestado la intención de presentar una acusación constitucional contra del Presidente de la República, Sebastián Piñera. La acción busca responsabilizar al Mandatario frente a las denuncias por violaciones a los Derechos Humanos durante el estado de emergencia y toques de queda decretados en 13 de las 16 regiones del país.

Para el experto en historia de las instituciones políticas y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago, Cristóbal García-Huidobro, no se ha registrado ningún otro caso en la historia de Chile en que un Presidente haya sido acusado constitucionalmente. Por eso, considera que el solo hecho de presentar la acción podría traer negativos efectos para la imagen del país.
 
“Presentar la acusación sería más dañino que beneficioso para Chile, porque implica que el único país en América Latina que había demostrado estabilidad institucional la está perdiendo”, afirma el historiador. “El único país en Sudamérica donde no había grandes atisbos de inestabilidad,  hipotecaría ese capital y las consecuencias son inestimables”, insistió.
 
El Director del Departamento de Ciencias del Derecho de la Usach reconoció que la acusación, en caso de presentarse, tiene pocas probabilidades de lograr la destitución del Mandatario, debido a los altos quórums que exige para cursarse con éxito. Sin embargo, advirtió que el mal escenario económico se puede agudizar con esto. “Puede haber un frenazo en la inversión, porque no existe estabilidad ya que las reglas del juego pueden ser cambiadas en cualquier momento”, señaló.
 
“A Chile le ha costado muchísimo institucionalizarse como corresponde y aprender de sus errores. El proceso legislativo puede ser muy lento y frustrante, pero si no confiamos en las instituciones, no hay nada que nos proteja de la anarquía y la autotutela”, enfatizó. “Acusar al Presidente de la República para destituirlo solo provocaría inestabilidad”, remarcó.

Analista Usach advierte que Fernández debe equilibrar la economía para que Cristina no rompa filas

Analista Usach advierte que Fernández debe equilibrar la economía para que Cristina no rompa filas

Alberto Fernández se impuso en las elecciones presidenciales argentinas al actual Mandatario del país vecino, Mauricio Macri. El candidato del Frente de Todos, que fue a los comicios con la ex Jefa de Estado, Cristina Fernández, como compañera de fórmula en calidad de Vicepresidenta se impuso con un 48% de los votos frente a 40,5% del oficialismo.

El analista internacional argentino y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago, Dr. Pablo Lacoste, reconoció que es difícil que la ex mandataria genere un movimiento político propio en el corto plazo, que le dispute poder al gobernante electo. Esto, porque que su cargo es “simbólico” y porque su principal frente será la justicia, con la que mantiene causas pendientes.

Sin embargo, advirtió que “si se genera una sensación de que  Alberto Fernández no puede sacar al país de la crisis, la inflación y la recesión, el sector de Cristina puede hacerle oposición desde adentro”. Con todo, el doctor en estudios americanos insistió en que un escenario como este, solo podría avizorarse en el largo plazo cuando la población compruebe que puede o no equilibrar la economía.

“El nuevo Gobierno tendrá como prioridad equilibrar variables macroeconómicas, bajar el déficit fiscal para disminuir la inflación y reactivar la confianza de los actores económicos para reactivar la economía, estos son sus objetivos”, explica. “Si la inflación sigue alta, no podrá cumplir sus promesas de campaña y se generará una sensación de frustración en su electorado”, aseguró.

Finalmente, el historiador destacó que la elección logró dos cosas: por una parte, la reunificación del peronismo que en 2015 estuvo dividido; y por otra, que Macri, a pesar de los problemas económicos de su administración y de los malos resultados que se pronosticaba, obtendría en las recientes elecciones, alcanzó una cifra no despreciable de votantes, lo que lo mantuvo en la disputa.

“Ha sido muy positivo para los dos lados. El sistema político argentino se consolida con esto, con dos grandes bloques, uno que gobierna y otro con la suficiente fuerza como oposición para ejercer el control de la gestión. El sistema republicano argentino sale muy fortalecido”, concluye.

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