A fines de octubre en el Festival de Autores organizado por la Corporación del Libro y la Lectura, fue presentado la obra “La oficina de la nada. Poéticas negativas contemporáneas”, del académico de nuestra Casa de Estudios, Felipe Cussen, que busca establecer vínculos entre los problemas que se plantean una serie de obras vacías en ámbitos muy distintos, como, por ejemplo sus relaciones con la mística o el valor económico que pueda tener la nada dentro del mercado del arte.
El libro ha sido escrito durante los últimos 5 años, en el marco del proyecto Fondecyt “Poéticas negativas” adjudicado por nuestra Universidad. Esto permitió dictar varios cursos en torno a la nada en los diferentes programas de postgrado del IDEA, así como guiar tesis, y organizar diversas actividades con académicos nacionales e internacionales.
El Dr. Cussen señaló que la obra terminó de ser escrita bajo la pandemia global de COVID-19, pero que su escritura también se llevó a cabo en pleno estallido social, hecho que le generó un quiebre profundo que lo llevó a preguntarse qué hacía un académico investigando sobre la nada en momentos en que el país vivía en el caos.
“En los primeros días me sentí inútil. Después, me cuestioné si existiría algo en la nada que pudiera darle un sentido a esta crisis”, indicó el académico.
Posteriormente, el investigador dio con una imagen en Instagram del artista Felipe Castillo, en el que aparecían una serie de ositos que sostenían carteles en blanco. Esa imagen, como explica en el libro, “representaba perfectamente a quienes en medio de la algarabía y el exceso de declaraciones altisonantes sabíamos lo que queríamos, pero aún no lo sabíamos decir”.
La oficina de la nada
Para poder profundizar y ampliar un poco más este concepto y reflexión sobre la nada, conversamos con su autor el Dr. Felipe Cussen.
-Profesor ¿Qué representa La oficina de la nada en la sociedad?
-El título fue tomado de una expresión de Miguel de Molinos, un místico español perseguido por la Inquisición que murió en la cárcel por fundar un movimiento que se llamó el Quietismo y que resultó peligroso para la Iglesia en esa época. Esta imagen tiene un sentido muy específico en ese libro de Molinos, en donde dice que, “para llegar a Dios, el alma debe anularse al máximo”, es decir, el alma de alguna manera es una especie de oficina de la nada, en donde se lleva a cabo esta anulación de los sentidos, la razón y la voluntad, como un proceso ascético extremadamente intenso. En nuestros días, en cambio, esa imagen hace pensar en una oficina inútil donde no ocurre nada o casi nada. Quitándole el sentido místico original, puede resultar una idea provocativa en momentos en que todo se dirige hacia la productividad y a la eficiencia. Me la imagino como esa oficina de Hermosilla y Quintanilla en donde unos burócratas estúpidos son incapaces de hacer nada y esa imagen también me parece llena de humor y a la vez asertiva.
-¿Qué rol cumple la nada en estos tiempos en donde la computación pareciera invadirlo todo?
-Aquí no estudio la importancia del ocio o la necesidad de los espacios privados, la desconexión y otros temas de carácter sociológico o antropológico frecuentes en otros libros sobre la nada. Más bien trabajo con obras literarias o artísticas que intentan representar la nada y que, de alguna manera, se oponen a la actual profusión de imágenes. Cabía preguntarse, ¿Qué ocurre si nos acercamos a un espacio en donde debería haber una imagen y no hay nada? Dentro de las muchas respuestas pueden existir las que uno proyecte, es decir, no que la imagen esté frente a ti, sino que uno sea capaz de crear esa imagen. Lo mismo ocurre cuando uno abre un libro vacío, también la expectativa de encontrar algo y no hallar nada resulta paradójica, porque, por un lado, uno puede pensar desde una dimensión espiritual, pero también está el humor y el absurdo, conceptos muy presentes dentro de las obras que he estudiado y que quise destacar dentro de mi libro.
-La filosofía define la nada como la ausencia e inexistencia de cualquier objeto; es decir, lo contrario a la existencia. A tal efecto ¿Qué papel juega la nada en otra “inexistencia” como lo son las fake news?
-Trabajo con problemas más cercanos a la estética de la nada y quería mostrarla de una manera más diversa como un espacio espiritual, de comunión con una divinidad, o la nada como provocación o una ambigüedad. No me había imaginado esta relación que me propones, pero creo que lo más cercano dentro de lo que estudio es el problema del valor monetario que puede tener una obra hecha de nada. Esto es muy interesante porque uno pensaría que el mercado del arte se regula de manera similar a otros mercados, pero en realidad es mucho más complicado de lo que se cree, especialmente cuando existen múltiples obras con propuestas radicales y experimentales. Un interesante punto de investigación tiene que ver incluso a nivel digital con cuestiones como los NFT o las criptomonedas, que funcionan como espacios de misterio y mucha oscuridad, y se basan en ello, de hecho, la gracia de las criptomonedas es que no se puede rastrear su origen.
-¿Cuál sería la contribución de la nada para la sociedad contemporánea en su tarea de pro-fundarse?
-En el ámbito del arte y la literatura es muy difícil hablar de contribución en términos de aplicación práctica. Las cosas que investigo son profundamente inútiles y no tengo problema en decirlo, al contario, creo que por lo mismo son importantes de investigar. Este libro, por ejemplo, no sirve para nada útil, esto no tiene ninguna proyección directa en la sociedad, ni mucho menos, pero eventualmente les servirán a algunas personas que les interesen estos asuntos, que se sientan interesadas en estas obras tan raras y que quieran conocer la tradición de la que provienen o los modos en que podemos analizarlas. Ahora, creo que la contribución de la nada, de manera general, es la posibilidad de que entendamos el arte como un espacio de resistencia a la eficiencia, como un espacio de suspensión de esta vorágine que estamos viviendo y un espacio que deja ver la cosas de una manera completamente distinta y absurda, lo que provoca pensar a la inversa y genera obras que tienen un potencial crítico que me parece importante. Aunque muchos no se den cuenta, la nada puede tener efectos muy potentes.