Chile ya se encuentra en la fase 4 para controlar la propagación del coronavirus. Hoy, el Ministerio de Salud informó que hay 238 pacientes confirmados con la enfermedad, pero que ninguno está en riesgo vital. Sin embargo, proyectó que en el peor escenario, podrían producirse 100 mil casos al mismo tiempo, con 15 mil hospitalizados y 43 mil camas disponibles.
Medidas extremas
Para el académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago y asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en adulto mayor y coronavirus, Pablo Villalobos, lo mejor es que las medidas preventivas sean “extremas”.
“Si las medidas son extremas, el tiempo lo dirá. Lo mejor que puede pasar es que en el futuro miremos hacia atrás y veamos que fueron exageradas, porque hubo pocas muertes”, afirmó. “Las medidas de distanciamiento social debieran a reducir la tasa de contagio en la población”, consideró.
A juicio del ingeniero comercial con mención en economía, doctor en salud pública y experto en envejecimiento y cuidados de largo plazo, los principales responsables de controlar la circulación del virus son las propias personas.
“La autoridad está tomando medidas más rigurosas, pero falta mejorar los mecanismos de comunicación. Bajar la propagación del virus depende de la población. El rol de la autoridad es transmitir un mensaje para que las personas cumplan lo que se está sugiriendo”, enfatizó.
Experiencia internacional
Por su parte, el administrador público experto en el área de la salud y académico del Magíster en Salud Pública de la Usach, Claudio Castillo, emplazó a imitar la experiencia de países donde los contagios de COVID-19 han disminuido.
“Lo que hizo Corea del Sur es bastante importante, en el acceso masivo a los test, el control estricto de la cuarentena, la responsabilidad ciudadana con el aislamiento obligatorio y las limpiezas masivas que realizaron. China fue el primer país que lo enfrentó y ahora la curva de contagios va a la baja”, afirmó.
El especialista reconoció que el contexto es distinto, pero insistió en que imitarlos puede guiar a la salud pública nacional por la senda correcta. Respecto a países como España, Francia e Italia, señaló que están realizando acciones que van en esa línea, pero de manera tardía.
“El testeo debe ser lo más amplio posible, para que la mayor cantidad de personas puedan aplicarse el examen”, advirtió. “Hay que invertir lo que sea necesario para que las personas puedan tomar conocimiento de sus resultados y adoptar las medidas pertinentes, lo que no debiera depender de la capacidad de pago de las personas”, concluyó.