Inserto en su compromiso de otorgar una educación de calidad basada en la excelencia, la diversidad y la transformación social, nuestra casa de estudios se encuentra actualizando la estructura orgánica del Programa de Acompañamiento PAIEP, con el objetivo de consolidar el trabajo que esta unidad impulsa formalmente desde el año 2013.
Se trata de una consolidación de los hitos, procesos e iniciativas que ha desarrollado desde hace 25 años a favor de la inclusión de estudiantes con trayectorias escolares destacadas, pero orientando el trabajo a vincular de manera estructurada los esfuerzos de todas las carreras, curriculums académicos, profesores, pedagogía y de los mismos beneficiados.
Así lo indica la nueva directora del Programa de Acceso Inclusivo, Equidad y Permanencia (PAIEP), la Dra. en Ciencias de la Educación e Ingeniera Civil Industrial Lorena López Fernández, quien es académica del Departamento de Educación.
“El desafío es que estos programas no sean aislados de las distintas vías que impulsa la universidad”, puntualiza.
En ese sentido, la académica que ha centrado sus investigaciones en permanencia y retención universitaria, valora el destacado rol del Dr. Francisco Javier Gil Llambias -quien continúa como director de la Cátedra Unesco de Inclusión a la Educación Superior- como “muy señero a nivel institucional” por su destacado rol como uno de los gestores e inspiradores de todo este proceso.
A su vez, explica que trabajará en la actualización de la carta de navegación del programa, buscando consolidar vínculos en la trayectoria de estudiantes, apoyando desde el cupo PACE a los colegios adheridos, y mantener el vínculo en su ingreso a la universidad para que puedan ser exitosos especialmente en primer y segundo año, donde además se apoya a estudiantes que ingresan por otras vías y vías regulares.
Programa y actualización
El Programa de Acceso Inclusivo, Equidad y Permanencia creado por resolución oficial el año 2013 a cargo de la Vicerrectoría Académica, surgió a partir de la Cátedra UNESCO de Inclusión a la Educación Superior Universitaria y de los Fondos de Fortalecimiento otorgados por el Ministerio de Educación (USA1299).
Su foco desde entonces se ha centrado en la necesidad de aumentar las tasas de retención de los estudiantes, especialmente los de primer año; fomentar procesos de admisión que aseguren mayor inclusión y excelencia; coordinar y fortalecer las acciones de las diferentes facultades, escuelas y programas; y de otras unidades que se orienten a la nivelación y apoyo académico de los estudiantes.
Hoy, con un trabajo formalizado, y que ha servido como ejemplo para otras instituciones nacionales e internacionales, y que incluso fue ejemplo en el área de PACE para Mineduc, busca pasar a formar parte de la orgánica estructural de la universidad.
“Queremos lograr tener a fin de año un proyecto organizacional que permita la viabilidad y sustentabilidad de esta iniciativa, para que deje de ser un programa y pase a ser parte de la estructura de la universidad. Para ello buscaremos tener una carta de navegación en términos estructurales y de mejoramiento de todos los procesos”, enfatiza la directora.
Cabe destacar que en los últimos diez años la académica trabajó en el Centro de Investigación en Creatividad y Educación Superior (CICES), realizando investigación en el área y participando activamente en proyectos concursables dentro de la formación de redes en temas de educación superior y en asistir en procesos de acreditación, tanto institucional como de carreras en la institución.
Sobre el nuevo desafío indica que “en los últimos años he estado abocada a estos temas desde una mirada de investigación, por lo tanto, es menos complejo que llevarlo a la práctica.
Esto implica un gran desafío, estoy administrando el vínculo con 27 colegios que tienen a más de 5 mil estudiantes a los que hay que formar para pasar luego por todos los hitos y lograr que se matricule el 15% de los mejores de esos grupos”.
Al respecto, la directora sostiene que junto al equipo de PAIEP buscarán aumentar el vínculo con las carreras, ya que “la inclusión no es abordable desde una sola unidad. El cambio de la permanencia se juega en el aula, con el currículo y los profesores. Que los estudiantes permanezcan en la universidad debe ser esfuerzo de todos”, concluye.