11 de septiembre

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Académicos del Departamento de Historia debaten sobre diferencias y semejanzas entre el Chile actual y el de 1973

Académicos del Departamento de Historia debaten sobre diferencias y semejanzas entre el Chile actual y el de 1973

Debido a la pandemia por el Coronavirus, la Universidad de Santiago realizará su tradicional Romería para conmemorar un nuevo 11 de septiembre de manera virtual desde las 11.00 horas. 
 
Para participar de esta actividad en recuerdo de las víctimas del régimen militar, los interesados podrán conectarse a través de Youtube o Facebook.
 
La romería virtual es convocada por la Asociación de Funcionarios (Afusach);la Asociación de Profesionales (ADP); la Asociación de Académicos (Asoacad); las Consejerías Académicas en representación del Estamento Estudiantil y la Vocalía Laboral de la Federación de Estudiantes (Feusach); la Corporación Solidaria UTE-Usach; la Coordinación de Profesores y Profesoras por Horas de Clases y la Asociación de Exonerados Políticos de la Universidad Técnica del Estado.
 
Reflexión académica
 
La modalidad online se replicó también en la realización del seminario ‘Unidad Popular 50 años’, organizado por el Departamento de Historia de la Usach. A 47 años del Golpe de Estado, académicos de dicha unidad se refirieron a las eventuales diferencias y similitudes de este episodio y el escenario político actual.
 
Para la directora del Departamento de Historia de la Universidad de Santiago y experta en historia política chilena contemporánea, Dra. Cristina Moyano, es casi imposible establecer similitudes entre ambos períodos. Sin embargo, la excepcionalidad de las experiencias pasadas y actuales sí puede tener un rasgo común. 
 
“Son situaciones mayoritariamente diferentes porque, en primer lugar, hoy no estamos viviendo un proceso de polarización aguda de la sociedad, con una debacle gubernamental que haya llevado a Piñera, por ejemplo, a incorporar a los militares al Gobierno, con permanentes cambios de gabinete y con Estados Unidos encima, en un contexto de Guerra Fría”, sostuvo.
 
“Creo que, quizá, el único punto de comparación que podemos identificar hoy, es que, el 11 de septiembre, Allende iba a llamar a un plebiscito y ese llamado lo iba a hacer desde la Universidad de Santiago, y no se pudo hacer porque vino el Golpe. Pero, de alguna u otra manera, Allende entendió que cuando los conflictos llegan a niveles de polarización y de radicalización que no se pueden resolver por la vía institucional, es importante devolverle la soberanía al pueblo, para refundar un pacto social que te permita redefinir cómo vivir de nuevo juntos”, afirmó. 
 
Añadió que “eso que en el 18 de octubre de 2019 irrumpe con fuerza, junto a una serie de demandas colectivas que tienen que ver con injusticias sociales, corrupción, crisis de legitimidad de la clase política, pobreza, desigualdad, entre otros, salta en forma de estallido social que tiene relación no con la Unidad Popular, sino que con las bases institucionales que dejó instalada la dictadura. Por fin, después de casi 40 años de decretada la Constitución de 1980, nos damos cuenta de que nuestros grandes problemas devienen de esa Carta Magna que se aprueba de manera fraudulenta”. 
 
El optimismo
 
El historiador experto en historia de la violencia latinoamericana y académico del Departamento de Historia de la U. de Santiago, Igor Goicovic, reconoció los cambios políticos y sociales que se han producido con posterioridad al Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
 
Sin embargo, consideró que las condiciones de pobreza, exclusión, marginalidad y represión de los sectores populares no han sufrido modificaciones sustantivas. 
 
Respecto a las principales similitudes del proceso histórico que se llevó a cabo durante el Gobierno de la Unidad Popular y la actual coyuntura política, Goicovic enfatizó en este último factor. “Tanto el Gobierno de Allende como la segunda administración de Sebastián Piñera enfrentaron y enfrentan un importante grado de inestabilidad como resultado de movilizaciones sociales y  enfrentamientos tanto sociales como políticos, que estuvieron presentes hace más de 40 años atrás”, sostuvo.
 
Sin embargo, señaló que una de las principales diferencias es que “quienes apuestan hoy por el cambio y la transformación del régimen político y las relaciones sociales y de poder son los sectores populares. En 1970 y 1973, quienes apostaban por el cambio de régimen político y por la mantención de las condiciones históricas de dominación eran las clases dominantes y las élites de poder”.
 
El historiador hizo hincapié en que más allá de la inestabilidad política, “nada permite visibilizar la posibilidad de un Golpe de Estado que tenga su origen en las Fuerzas Armadas,  porque los mandos de las FF.AA. y de los organismos de seguridad están alineados, como también lo estuvieron en 1973, con las clases dirigentes y, por lo tanto, con el sistema de dominación. Nada  permite establecer que estamos ad portas de una crisis institucional tal y como se configuró hacia agosto de 1973”.
 
Por último, aseguró que pese a que una parte de la sociedad chilena alberga una gran expectativa en la posibilidad de una nueva Constitución, distinta a la de 1980, que modifique tanto el régimen político como las condiciones de explotación, exclusión, discriminación y represión, “tengo la impresión de que esto se transformará en un ritual en el cual muy pocas cosas van a cambiar”.
 
“En la actual correlación de fuerzas políticas que expresan un fuerte apoyo al Apruebo, lo más probable es que se imponga el mecanismo de Comisión Mixta Constitucional, en el cual los mismos de siempre le impondrán al país un nuevo mecanismo normativo que no cambiará sustantivamente el régimen económico ni tampoco las relaciones sociales y de poder. La gran diferencia es que será una Constitución legitimada en las urnas”, afirmó. “No soy optimista respecto a que la nueva Carta Magna vaya a resolver las inequidades ni la inestabilidad política que actualmente tenemos”, concluyó.  
 
La paradoja
 
Para Rolando Álvarez, académico del Departamento de Historia de la Usach y experto en historia política de Chile en el Siglo XX, el 11 de septiembre de 1973 constituye un quiebre en la tradición democrática de Chile, que desde la década de 1930 acumulaba gobiernos democráticos ininterrumpidos.
 
“Creo que este 11 de septiembre encuentra al país es una situación muy distinta, porque Chile está de cara al plebiscito constitucional del 25 de octubre, donde se trata de abrir a una sociedad más inclusiva, democrática y participativa, que es la perspectiva que se abrió a partir de la crisis social que partió el 18 de octubre del año pasado”,sostuvo. “La paradoja sería que si el 11 de septiembre de 1973 es un momento de quiebre de la democracia, hoy creo que hay la posibilidad de construir por primera vez una Constitución política del Estado en democracia”, insistió. 
 
El doctor en historia consideró que una de las similitudes entre 1973 y 2020 es la polarización política. Aunque enfatizó que la historia “nunca se repite”, señaló que sí se pueden encontrar regularidades. “La generación que ha crecido en el periodo del retorno a la democracia estaba acostumbrada a un sistema donde primaban los consensos. Ahora, estamos en presencia de una sociedad que se ha polarizado mucho más, haciendo evidente la diferencia entre las posiciones políticas y de las organizaciones sociales. Hace años atrás, parecía que todo el mundo estaba de acuerdo y que daba lo mismo quién ganaba una elección”, afirmó.

Plantel recuerda a víctimas de la dictadura con tradicional romería

Plantel recuerda a víctimas de la dictadura con tradicional romería

Como es tradición, este 11 de septiembre, la comunidad universitaria del Plantel realizó el acto de homenaje y romería en memoria de las 87 víctimas que tuvo esta Casa de Estudios durante la dictadura cívico-militar.

La ceremonia es convocada por la Asociación de Funcionarios (Afusach), Federación de Estudiantes (Feusach), Asociación de Académicos (Asoacad), Asociación de Profesionales (ADP), Corporación Solidaria UTE-Usach, Coordinación de Académicos por horas de clases, y la Agrupación de Exonerados Políticos UTE.

Además del Rector Dr. Juan Manuel Zolezzi, cada representante de estas agrupaciones, depositó una ofrenda floral en el Memorial que recuerda a las víctimas, ubicado en la entrada principal del Plantel.

El Rector Zolezzi puntualizó que cada uno de los estudiantes, académicos y funcionarios, que fueron detenidos, desaparecidos o asesinados tras el Golpe de Estado, vivirán siempre “en los corazones de sus parientes, amigos, de nosotros y en la memoria de un país entero”. 

“Hoy debemos honrar a nuestras víctimas siguiendo los postulados de construir un mundo mejor, donde haya espacio para todos”, sostuvo la máxima autoridad universitaria durante su alocución.
Además, el Rector anunció que se reunió con concejales de la comuna de Estación Central, para entregarles el apoyo de la Universidad a la iniciativa destinada a que la Avenida Ecuador cambie su nombre a Avenida Víctor Jara, en homenaje a este artista asesinado siendo funcionario de la UTE. 

Rescate de la memoria

El presidente de la Asociación de Funcionarios (Afusach), Luis Peña, expresó que el Golpe de Estado de 1973 pretendió eliminar los sueños y esperanzas que inspiraron a Salvador y Allende y a los trabajadores que los hicieron suyos. En ese sentido, destacó que “estamos aquí haciendo realidad el compromiso que han asumido las organizaciones del pueblo de honrar permanentemente la memoria de todos aquellos que han ofrendado su vida por los derechos y la dignidad de los trabajadores”.

Por su parte, el presidente de la Federación de Estudiantes (Feusach), Juan Pablo de la Torre, remarcó que es un deber honrar el legado de la Universidad Técnica del Estado y de sus estudiantes, recordando a Mario Martínez, dirigente de la Federación de ese entonces, asesinado en dictadura. “Es necesario recordar que nuestros compañeros y compañeras cayeron por luchar por una universidad al servicio del pueblo y un país que entendiera que debía servirse hacia las mayorías y no solo a los intereses de unos pocos”, agregó.

Desde la Asociación de Profesionales (ADP), su presidenta Betsy Saavedra, señaló que conmemorar a las víctimas de la dictadura es representar y vivir los valores que defendieron. “Es actuar con consecuencia, valentía y convicción, luchando a diario por la democracia y la dignidad de cada uno de los miembros de la comunidad universitaria”, puntualizó.

Para la presidenta de la Asociación de Académicos (Asoacad), Gladys Bobadilla, la UTE fue la Universidad chilena más afectada por la dictadura “y lo hizo por defender sus estatutos nacidos del proceso de reforma universitaria”.

En representación de la Coordinación de Académicos por horas de clases, Bruno Jerardino, aseveró que las acciones de las víctimas siguen actuando y su influencia no se detendrá jamás. “La memoria es un acto de justicia, lo violento es olvidar. Olvidar a nuestros compañeros es falsear la memoria. La lucha de ellos es nuestra lucha hoy”, añadió. 

En palabras de Rodrigo Daroch, presidente de la Corporación Solidaria UTE-Usach, la Universidad Técnica del Estado, estaba comprometida con el desarrollo y las luchas sociales, razón por la cual fue bombardeada. En ese sentido, el dirigente dijo que la “Universidad de Santiago debe seguir las tradiciones democráticas y el pluralismo que tuvo su antecesora para ser la continuidad de la UTE, con las características del nuevo siglo”.

Finalizó el acto el presidente de la Agrupación de Exonerados Políticos UTE, Luis Cruz, quien recordó el legado del Rector Enrique Kirberg y la creación de las carreras tecnológicas. “Estas se crearon con el propósito de mantenerse solo mientras existiera la necesidad de ellas, evitando con eso la formación de cesantes con título”, manifestó. 

Tras el acto de conmemoración, las autoridades y la comunidad asistente inició la romería recorriendo puntos emblemáticos del campus que recuerdan a víctimas como la estudiante Michelle Peña, el cantautor Víctor Jara y el ex presidente de la Feusach, Mario Martínez.

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