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Opinión del Doctor en Salud Pública, Christian García: Chile y su “día de la Marmota”

Opinión del Doctor en Salud Pública, Christian García: Chile y su “día de la Marmota”

Cada 2 de febrero los ojos de EE.UU. se centran en la pequeña localidad de Punxsutawney, Pennsylvania donde se reúne la comunidad en torno una marmota de nombre, Phil.

¿Qué tiene de especial este roedor? La tradición dice que Phil es capaz de predecir si el invierno continuará por otras seis semanas o si una primavera temprana está a la vuelta de la esquina.

Esta fiesta se retrata en la película de culto de Harold Ramis, El Día de la Marmota(también Hechizo en el tiempo, 1993), donde el protagonista Phil, un arrogante periodista del noticiero local de la ciudad de Pittsburgh, tocayo del roedor y representado de forma magistral por el genial Bill Murray,  queda atrapado mágicamente en el pueblo, reviviendo ese día de fiesta una y otra vez.

Producto de la pandemia, Chile vive su propio “día de la marmota”. Las personas de comunas en cuarentena se encuentran desde hace semanas en una rutina a la que no estábamos acostumbrados, una tediosa repetición diaria de encierro, bombardeo de información, teleeducación, teletrabajo y labores del hogar, cuya combinación afecta más a las mujeres.

Como Phil en la película, nos vemos transitando por distintas emociones en un ambiente monótono y que a más de alguno le ha hecho perder la noción del tiempo. Cuantas veces se ha preguntado: ¿Qué día es hoy?
Seguimos confundidos, escuchamos desde hace tiempo. “Las próximas dos semanas son clave, serán duras”; como Phil esperando que al despertar al día siguiente todo sea distinto, pero no, todo vuelve al inicio.

Nadie se salva del mágico ciclo de la marmota, nuestras autoridades tampoco. Nadie duda de lo exigente de la misión encomendada y del duro trabajo, pero el ciclo de vienen ventiladores, están llegando, se distribuyeron y finalmente están disponibles, lo hemos visto varias veces, con los mismos resultados.

Día a día, más casos, hospitalizados y lamentablemente, más personas fallecidas.

Traer ventiladores no es algo negativo, todo lo contrario, pero este ciclo se nutre de una estrategia que busca, en palabras de las mismas autoridades, “gestionar la pandemia” o que “las personas se enfermen progresivamente”; sinónimo de la inmunidad de rebaño o de grupo que asume que muchos se contagiarán, se hospitalizarán y morirán.

A este círculo se agregan los contagios: cada día más diagnósticos, más test y más personas diagnosticadas en relación a los test hechos. Es sabido que el que busca encuentra, sin embargo los porcentajes de positividad en torno al 30% (1 de cada 3 PCR son positivos) reflejan una circulación activa del virus y sin señales de baja a más de 100 días desde su llegada.

¿Confundido? Claro. Phil, que no entendía la razón de ser elegido para esta peculiar experiencia, comenzó a insultar, a aprovecharse de las circunstancias, engañó a los locales del humilde pueblo y tergiversó la realidad en beneficio propio día a día.

Finalmente, al confirmar que su plan no solucionaba el problema cambió el rumbo, dejó su arrogancia de citadino y comenzó a conectarse con la comunidad local, a conocer cómo vivían. Aprendió piano, salvó de la muerte a un niño y a un adulto de morir asfixiado, día tras día, en ese mismo ciclo mágico.

Phil cambió su estrategia, como nosotros debemos cambiarla para salir de este loop eterno de contagios masivos, hospitalizaciones y pérdidas humanas. Como el personaje de Murray, el llamado es a enfrentar los errores, asumir el fracaso del plan, partir de nuevo y establecer medidas que corten la cadena de transmisión.

La pandemia de Coronavirus en Chile no es ficción, pero hacer un giro es hoy la única alternativa que tenemos para proteger y salvar vidas. Curar las heridas y salir del ciclo, fortalecidos, distintos y, mejores, como Phil, con Transparencia, Honestidad y Humanidad, así, con mayúscula.

Opinión de la Dra. en Filosofía, Diana Aurenque : ¿La muerte con cifras y sin llanto?

Opinión de la Dra. en Filosofía, Diana Aurenque : ¿La muerte con cifras y sin llanto?

La pandemia del Coronavirus nos confronta con la muerte como una paradoja desgarradora: como bullicio numérico y como silencio afectivo. Durante los últimos días, la controversia en torno a la metodología del Ministerio de salud (MINSAL) para informar los casos de  fallecidos por Covid-19, se escuchaba fuertemente en todos los medios. Y, sin embargo, ese mismo conteo escandaloso y disputado contrasta con el silencio fúnebre que les rodea, y debe rodear, a las víctimas siguiendo protocolos sanitarios.

La pandemia que nos afecta hace más de 100 días, y que es motivo para extender el Estado de Excepción en nuestro país por 90 días más, ha logrado intervenir todos los ámbitos de nuestra vida. Desde luego en el ámbito de lo público (teletrabajo y  teleducación, por ejemplo), así como en el terreno de lo privado (la teleamistad y la conectividad social digital). En particular, ha llegado a invadir incluso una de las prácticas privadas y públicas más delicadas: el rito fúnebre.

Debido a la urgencia sanitaria, la autoridad estableció protocolos sanitarios para la realización de funerales de personas fallecidas por COVID-19. Evidentemente, estos protocolos son necesarios para resguardar la salud pública y evitar la propagación del virus.

A diferencia de otras enfermedades más contagiosas post mortem como la malaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no mandata ni la cremación de cadáveres, ni la prohibición de sus ritos fúnebres. Sin embargo, si se ve la necesidad de establecer requerimientos sanitarios para evitar el contagio, pero que dificultan aún más el ya de suyo complejo proceso de duelo que viven cientos de personas.

Las indicaciones son conocidas; entre ellas cuenta el no tocar al cadáver, ni sus pertenencias; que sólo sea vestido por personal capacitado y, en caso de fallecer en hospital, luego de que el cadáver sea sanitizado es trasladado a la morgue en una bolsa hermética. Luego de ello, es puesto en un sarcófago donde los familiares no podrán ver más al difunto y en el funeral sólo podrán ser acompañados por un número limitado entre 10 y 20 personas.

La muerte corresponde, sin duda, a uno de los asuntos más difíciles de asumir; sea afrontar la posibilidad del propio fin, sea aceptar la muerte del otro. La pandemia nos confronta cotidianamente con la posibilidad de la muerte; todos los días representada en cifras más altas. No obstante, mientras más estadística se vuelve la muerte, menos parece que la honramos, pues la muerte, ya nos decía Heidegger, nos individualiza radicalmente. Pero los protocolos sanitarios, necesarios en pandemia, parecen obligar a despersonalizar la muerte. Se homogeniza el ritual bajo un paradigma sanitario; todos mueren igual, silenciosos y más solos que nunca. ¿Cómo abordar esta complejidad sin poner en riesgo la salud pública, pero dando el debido respeto a los difuntos?

La muerte ha tenido siempre una interpretación y significado no solo individual, sino profundamente cultural e histórica. Dependiendo de las culturas, los ritos mortuorios involucran distintos tipos de acciones, concretas o simbólicas, para rendir tributo y acompañamiento al difunto y brindar apoyo y consuelo para quienes sufren la pérdida. Si bien existen diversos ritos fúnebres, convengamos que el funeral se presenta como una ocasión profundamente social.

Los asistentes a un funeral se sienten obligados moralmente a asistir, sin ser invitados, bien sea para despedir al difunto, bien sea para darle consuelo a sus familiares. Los funerales son espacios naturalmente abiertos, centrados en la persona difunta y el acompañamiento de las familias; ocasión muchas veces de reencuentro familiar y de revitalizar lazos. No obstante, es la participación de los otros, ajenos al grupo familiar cercano lo que permite que la perdida sea también un hecho a lamentar colectivamente.

Hoy los funerales y los entierros no pueden ser concurridos por aglomeraciones ni para homenajear, ni para acompañar; mucho menos para abrazar a quien llora desconsoladamente; tampoco parece que se da espacio a que la muerte se lamente y se visibilice aquel dolor a través del cuerpo. Los cadáveres están ocultos, no hay despedida contemplativa, ni táctil con el cuerpo muerto; solo el llanto y el grito de tristeza parece ser lo que queda al que duela. Pero, ¿podrán llorar tan libres y gritar tan fuerte como necesitan sin una comunidad de otros que acompaña?

Ponerle límites a las ceremonias fúnebres no es nuevo. En el medioevo, los muertos (de sectores privilegiados) eran localizados en sectores comunes con los vivos, enterrados en los patios de las iglesias; los pobres, por el contrario, arrojados en fosas comunes, sin nombres. Esta pandemia extrema la tendencia de separar lo vivo de lo muerto que aparece al menos desde el siglo XIX en adelante, como resultado del desarrollo de conocimientos médicos e higiénicos. Ahora bien, estos conocimientos si bien restringen provisoriamente el rito fúnebre, se debe resguardar su significado simbólico.

Ciertamente, la muerte está cada vez más localizada en sectores específicos; quienes preparan los cuerpos son las funerarias, y ellos también son los que ofrecen muchas veces los espacios velatorios. Las prácticas fúnebres en su concreción se ven obligadas a cambiar, por diversas razones, pero no por ello debe perder su sentido. Por ejemplo, encontramos cada vez más frecuentemente formas individuales de conmemorar, ritos propios que individualizan y personalizan al difunto e incluso alertan a los vivos; por ejemplo las animitas en carreteras o a ciclistas. Eso demuestra que el ser humano encuentra sus formas, incluso no institucionalizadas y privadas, de rendir tributo y lugar a los muertos.

En el contexto de esta pandemia es preciso buscar nuevas formas simbólicas de despedida con los difuntos y de darle espacio al duelo de quienes lo necesitan. Esto ha llevado ha incorporar recursos digitales para actualizar rituales y modernizarlos, por ejemplo, mediante la transmisión de ceremonias fúnebres y entierros vía streaming en Alemania e Italia, o enviar mensajes de condolencias vía redes sociales o, incluso, optar por los cementerios online que buscan fortalecer el recuerdo de las personas fallecidas sin apego a un lugar geográfico específico.

Las opciones pueden parecer frías en tanto digitales, pero permiten darle un lugar simbólico, ojalá transitorio, a un rito fundamental para los seres humanos como lo es la despedida y dar cabida así a un duelo con consuelo y con las menores consecuencias psicológicas posibles.

El desafío es claro: la protección de la salud de los vivos debe ser prioridad, pero no por ello olvidando a nuestros muertos. Una cultura de la memoria con los difuntos exige respetarles individual y socialmente. En el plano individual implica respetar al máximo la voluntad post mortem de los fallecidos, limitado sólo de ser necesario por la normativa sanitaria. Si alguien deseaba ser cremado, exhumado o donado a la ciencia, esos deseos deberían ser vinculantes. Respetar los últimos deseos de un difunto expresa reconocerle, devolverle un último determinar justo ahí, donde no podemos determinar más.

La tarea social, por su parte, es proporcionarle reconocimiento y visibilidad a la muerte en el espacio público. No olvidar a los muertos por COVID-19 exige que seamos capaces de representar arquitectónica o simbólicamente ritos de duelos colectivos que nos unifiquen, sin credos particulares, a conmemorarlos contribuyendo desde ya a generar una cultura que recuerda. Eso le haría muy bien a nuestro país.

Opinión del economista, Gonzalo Martner: El Gobierno y parte de la oposición firman un avance insuficiente frente a la crisis

Opinión del economista, Gonzalo Martner: El Gobierno y parte de la oposición firman un avance insuficiente frente a la crisis

El acuerdo al que llegaron el Gobierno y parte de la oposición en la madrugada del domingo 14 de junio es un avance en varios aspectos, pero, además de ser tardío en al menos dos meses,  se queda corto habida cuenta de las capacidades económicas del país contrastadas con las necesidades urgentes de la mayoría de las familias.

Desde marzo venimos argumentando que se requiere mantener la capacidad de consumo de las familias para que puedan enfrentar las cuarentenas necesarias y para que la economía no entre en una depresión. Se requiere, además, ampliar el crédito con garantías públicas a las empresas (con conversión en acciones en el caso de las grandes) y subsidiar la planilla de salarios y costos fijos de las micro y pequeñas empresas. El Gobierno sigue lejos de un enfoque de este tipo.

El ingreso de emergencia pasa con el acuerdo de los 65 mil pesos iniciales (y 45 mil finales) a 100 mil pesos por persona por tres meses prorrogables (hasta un máximo de 4 por familia y para el resto rige el IFE actual). La cobertura pasó de 1,2 millones de hogares en mayo a 2,1 millones de hogares, es decir todos los que están inscritos en el Registro Social de Hogares y tienen ingresos inferiores a 400 mil pesos con 4 integrantes.

Se extendería por tres meses, o más si las condiciones sanitarias lo exigen. Pero el monto sigue por debajo de la línea de pobreza oficial, lo que es inexplicable. Y será ahora un subsidio complementario de los otros ingresos, con un piso mínimo de 25 mil pesos por persona.

Un buen acuerdo hubiera sido que el Ingreso Familiar de Emergencia complementara hasta 171 mil pesos para una persona sola y 451 mil pesos para una familia de 4 personas, si lo que se busca es cubrir al menos la línea de pobreza, como venía planteando la oposición. Ahora una parte de ella ha cedido ante el Gobierno y aceptado un monto menor.

El tramo de subsidio de cesantía establecido en el acuerdo es de 55% de la remuneración mientras dure el IFE, lo que es menos que el 70% del primer mes y superior al 30% para los meses finales hoy vigente,pero sigue siendo de cargo de la cuenta de cada trabajador. Solo una vez agotados los recursos de esa cuenta, se aplicará el subsidio del Fondo Solidario con recursos fiscales. Un buen acuerdo hubiera sido que el seguro de cesantía y por suspensión de empleo fuera subsidiado en un 70% del salario mientras dure la emergencia y que se suspenda la cotización obligatoria a las AFP.

El anuncio de ampliar la garantía de créditos a las pequeñas empresas es positivo, no obstante, sin que se especifique cuánto ni cómo. Un buen acuerdo hubiera sido establecer el mecanismo utilizado en Estados Unidos en esta crisis: un crédito especial a las pequeñas empresas que, cuando se utiliza para mantener la planilla salarial y los costos fijos, se transforma en un subsidio para mantener el empleo y el funcionamiento de la empresa.

Extender en tres meses la suspensión del Pago Provisional Mensual del impuesto a las utilidades de las empresas es una política que favorece a aquellas que mantienen o amplían sus ventas.

Ampliar a 2022 la depreciación instantánea al 100% para las nuevas inversiones es una medida ya existente para las Pymes, por lo que favorece a las grandes empresas en un período en el que el actual Gobierno ya no estará en ejercicio.

Se anuncian, además, subsidios indiscriminados al empleo para la postpandemia, en circunstancias que estos subsidios no crean empleo, sino que son un complemento de ingresos a la empresa y sus dueños. En el mejor de los casos sirven para formalizar empleos.

Un buen acuerdo debiera haber incluido la creación de programas subsidiados de empleos de apoyo a las personas de edad, con capacidades diferentes y a la infancia y de más amplios programas de mejoramiento urbano y ambiental, que crean empleos nuevos de utilidad colectiva.

En materia de inversiones para reactivar la economía, nada se dice sobre un necesario vuelco hacia inversiones verdes. En especial, las inversiones en materia de vivienda y recursos hídricos anunciadas debieran tener un fuerte énfasis en un urbanismo y un desarrollo rural amigables con el medio ambiente y capaces de contribuir a mitigar los efectos del cambio climático.

El marco presupuestario acordado es de 12 mil millones de dólares para dos años (poco más de 2% del PIB al año). Las reservas fiscales, constituidas con ahorros previos, suman mucho más : 20,9 mil millones de dólares a fines de abril en el Fondo de Estabilización Económica y Social y el Fondo de Reserva de Pensiones, sin considerar el fondo para adquisiciones militares. Además, la capacidad de endeudamiento a bajo costo permanece intacta.

El Gobierno sigue sin hacer lo suficiente dadas las capacidades del país, mientras una parte de la oposición sigue sin hacer valer el hecho de que el gobierno no tiene mayoría en el parlamento. Se resigna inexplicablemente a medidas tardías e insuficientes.

Emprendimiento de docente y egresados de la Usach, obtiene reconocimiento en Premios Latinoamérica Verde

Emprendimiento de docente y egresados de la Usach, obtiene reconocimiento en Premios Latinoamérica Verde

La pandemia del COVID-19 ha significado elevados costos humanos, sociales y económicos, situación frente a la cual los gobiernos han debido plantear medidas que apunten a solucionar, en parte, la crisis. Además, esta pone de relieve la importancia de contar con nuevas formas de gestionar los residuos domiciliaros, incluso en un contexto de confinamiento que por lo general impide la realización de las actividades relacionadas con el reciclaje.

Los premios Latinoamérica Verde son una vitrina que dinamiza la economía verde al exhibir las iniciativas regionales en 10 categorías que están alineadas con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). El certamen reconoce a los 500 mejores proyectos socio ambientales de América Latina, en el cual Redciclach logró obtener el lugar 24 en la categoría de Ciudades Sostenibles.

“Este reconocimiento es el resultado de mucho esfuerzo y de recorrer un largo camino, de creer y no bajar los brazos, motivados por la pasión y el amor a lo que hacemos. Redciclach nace en la Usach y está compuesto por un equipo 100% Usach”, destacó el académico Roberto Peña, cofundador y CEO de la iniciativa.

El emprendimiento consiste en un sistema integrado de reciclaje, compuesto por un contenedor inteligente, una aplicación para dispositivos móviles y la gestión de datos en red. Reconoce automáticamente latas de aluminio y botellas de plástico, luego la información es registrada por medio de la aplicación y traspasada a la nube, permitiendo el monitoreo de llenado de los contenedores, y el posterior análisis de los datos entregados.

Como señala Roberto Peña, actualmente se encuentran funcionando en un edificio de Santiago Centro: “hemos logrado que el 60% de los hogares recicle constantemente latas y botellas plásticas. Gracias a la valorización que hacemos de sus residuos, cada departamento obtiene como incentivo un abono en su gasto común según lo que recicla, y gracias a la digitalización y datos informamos cada mes la cantidad de huella de carbono que disminuye la comunidad por reciclar”, comentó.

Pandemia y procesos de reciclaje

En cuanto a cómo les ha afectado la crisis sanitaria como emprendimiento, el docente menciona que tuvieron que detener el comienzo de un trabajo importante en colegios de la Municipalidad de Providencia, y que han aprovechado este tiempo para dedicarse de lleno a generar reuniones online con varias organizaciones para llegar a nuevos clientes y poder retomar actividades cuando la crisis se estabilice.

“El retiro de residuos está declarado como una actividad esencial que debe seguir funcionando a pesar de la pandemia, y Redciclach ha seguido en funcionamiento, lo cual nos llena de felicidad y al mismo tiempo nos hace adquirir una gran responsabilidad. Reciclar es importante y no se ha detenido, más aún ahora que las personas están pasando más tiempo en sus hogares y, por ende, generando mayor cantidad de residuos domiciliarios. Por tal motivo, nuestro servicio en edificios sigue operando con las medidas de salud respectivas y es un alivio para los residentes por todo lo que está ocurriendo”, comentó.

Pueblo Mapuche celebra el Wüñoy Tripantu a pesar de la pandemia

Pueblo Mapuche celebra el Wüñoy Tripantu a pesar de la pandemia

Lo primero que nos aclara la académica del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago, Elisa Loncon Antileo, es que el concepto correcto para referirse a esta fecha conmemorativa del pueblo mapuche, que va desde el 21 de junio hasta, aproximadamente, el día 24 del mismo mes, es “Wüñoy Tripantu” y no “We Tripantu” como se ha popularizado en los últimos años.

“Wüñoy Tripantu representa el retorno del ciclo y deriva de la concepción cíclica del tiempo en las culturas originarias y mapuche en particular. Para nosotros, el tiempo no es lineal, sino que retorna. En cambio, el concepto We Tripantu significa año nuevo y simplemente califica un período más que viene, como es el año nuevo occidental para la cultura eurocéntrica”, explica la también investigadora y Doctora en Lingüística por la Universidad de Leiden, Holanda.

En efecto, el pueblo mapuche realiza durante esta semana, e incluso durante todo el mes, esta ancestral celebración asociada al solsticio de invierno austral. Es el día más corto del año en el hemisferio sur, donde se ruega para que la tierra “recupere su energía”.

Elisa Loncon recuerda pasadas celebraciones del Wüñoy Tripantu junto a su familia, comentando que parte del ritual era compartir alimentos y productos, y, “al llegar la medianoche, íbamos a los esteros más cercanos a recibir la energía de la naturaleza”.

“Esta es una ceremonia con la naturaleza y lo que mejor expresa eso es el agua. Por eso nos juntábamos a las doce de la noche y nos íbamos al estero, donde agradecíamos por la salud y pedíamos para que viniera un mejor tiempo. Después llevábamos el agua a los árboles frutales y también a los animales, porque a través de ella pedíamos toda la energía de la naturaleza para el próximo ciclo”, señala la académica.

¿Y cómo se celebrará, este año, una fecha tan vinculada a la tierra y la naturaleza, en un contexto de confinamiento, producto del COVID-19? Le consultamos a Elisa Loncon.

“Cada familia se reunirá en su casa, recordando a los antepasados y convocando su sabiduría, sus palabras y el uso del mapudungun. Cada uno puede hacer su ceremonia en en el patio, por ejemplo, pasadas las 12 de la noche, con un poco de agua, con un arbol nativo o incluso ante una planta. Se hace una ceremonia y se pedirá a la naturaleza que nos dé fuerza para liberarnos de esta enfermedad; que nos den energía los antepasados para seguir luchando por los que son nuestros derechos, y también a la sociedad chilena y occidental para que se termine el racismo, la exclusión y el desprecio que hay hacia lo originario. Hay mucho qué hacer”, sostiene.

Las nuevas tecnologías, explica Loncon, también servirán para hacer comunidad en esta simbólica fecha. Para este mes se han organizado diversos encuentros y seminarios a través de plataformas digitales.

Solidaridad ante la enfermedad

En cuanto a la situación del pueblo mapuche ante la propagación del Coronavirus, la profesora del Departamento de Educación de la Usach, afirma que existe poca información específica, debido a que no cuentan con datos oficiales desagregados.

“Nosotros sabemos, puntualmente, por ejemplo, de comunidades afectadas, como Lonquimay, que llegó a contar más de sesenta personas contagiadas en la zona. Temuco también estuvo bastante afectada y murieron dos personas mapuche. Pero en las comunidades hay una cosa muy importante y es que aquellas que todavía tienen tierras han manejado un sistema económico de subsistencia”, señala la experta, agregando que “se han dado casos de intercambio de productos, mediante economía circular donde tú entregas un producto y la otra persona entrega otro a cambio. Eso se ha hecho bastante entre familias y comunidades”, señala.

Elisa Loncon explica que la lectura del pueblo mapuche ante la pandemia, “es que no se trata, únicamente, “de una enfermedad exógena y biológica para la cual no tenemos cura”.

“La pandemia responde a una crisis generalizada que tiene que ver con la crisis alimentaria y ecológica; con la crisis de los migrantes, con la crisis del conocimiento y de las ciencias; porque si la ciencia no estuviera en crisis ya tendríamos la cura”, señala.

Luego añade que es una crisis que está marcada por un sistema de vida eurocéntrico, occidental, porque nosotros no tendríamos porque estar sufriendo. La gente que vive en las poblaciones marginales en Santiago no tendría por qué sufrir el hambre, sufrir por la lluvia, por no tener trabajo, o por estar hacinados. Eso es producto de la pobreza generada por un sistema que explota al ser humano y a la naturaleza para seguir engordando al uno por ciento del mundo que tiene todo, mientras el 99 por ciento estamos en las condiciones en que estamos. Debemos vivir en equilibrio con la naturaleza”, enfatiza la académica de la Facultad de Humanidades, de la Universidad de Santiago de Chile.

Revisa en el siguiente video el saludo de año nuevo de los pueblos originarios en voz de la Doctora en Lingüística, Elisa Loncon Antileo.

 

Abogado Pablo Viollier por monitoreo de cuarentena con señales de celular: "Es justificable, pero con garantía de que se va a desmantelar"

Abogado Pablo Viollier por monitoreo de cuarentena con señales de celular: "Es justificable, pero con garantía de que se va a desmantelar"

Advirtió que "esto no quiere decir que la información sea completamente inocua. La información tiene que estar realmente anonimizada, ya que es sumamente sensible; habla de dónde vives, dónde trabajas, cuáles son tus hábitos, cuál es tu rutina, predecir comportamientos futuros.

Viollier espera que ese proceso se haga bien, "eso significa que las empresas no le pueden pasar al ministerio la base de datos completa y decirle 'tu anonimizala'. Las empresas tienen la capacidad, pero les va a salir caro", precisó.

El abogado de la ONG Derechos Digitales agregó que "estamos en un contexto de pandemia, en estado de excepción constitucional decretado, y por tanto es justificable ciertas medidas excepcionales, pero deben venir acompañadas de garantías de que todos estos aparatos de vigilancia se van desmantelar una vez trascurrida la pandemia".

Escucha aquí la entrevista:

https://www.radiousach.cl/pablo-viollier-por-monitoreo-de-cuarentena-con-senales-de-celular-es

Expertos destacan el cambio en el estilo comunicacional de Paris con respecto a Mañalich

Expertos destacan el cambio en el estilo comunicacional de Paris con respecto a Mañalich

Jaime Mañalich decidió renunciar el pasado domingo a su puesto como ministro de Salud, por lo que el Presidente Sebastián Piñera designó a Enrique Paris como titular del Minsal en medio de la pandemia del coronavirus.

Para la experta en comunicación aplicada al área de la salud y académica de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago, Verónica Rocamora, es evidente que hay un cambio en la forma de comunicar del Minsal.

“Ante el estilo verticalista y poco dialogante de Mañalich, el nuevo ministro invita al diálogo y lo escenifica, al sentar en la mesa a otros actores, como los representantes de las asociaciones de alcaldes”, explicó.

La doctora en comunicación social y académica del Magíster en Ciencias de la Comunicación de la Usach consideró que una de las principales diferencias radica en la “empatía” que Paris demuestra en contraposición a su antecesor.

“A la información principalmente centrada en cifras de mortalidad y contagiados, Paris brinda otras informaciones relacionadas con utilidad pública o muestra empatía, poniéndole nombre a una víctima”, sostuvo.

Sin embargo, reconoció que aún es temprano para hacer una evaluación general  y que habrá que examinar si el ex Presidente del Colegio Médico se hace cargo de las críticas a Mañalich por la falta de transparencia en los datos, así como por no demostrar su disposición a acoger colaboraciones.

“Lo importante, más allá de los estilos comunicacionales, es que haya una coherencia con las acciones y la estrategia político-sanitaria del gobierno. Los estilos comunicacionales no bastan para recobrar la confianza de la ciudadanía, lo que es fundamental para el manejo de una crisis sanitaria”, afirmó.

El rol de los medios de comunicación

El doctor en ciencia política y Director de la Escuela de Periodismo de la U. de Santiago, René Jara, concordó en que puede percibirse un cambio en el estilo de uno y otro ministro.

“Se percibe un cambio en el tono y en la puesta en escena del nuevo ministro, el cual toca diferentes aspectos. El primero es el diseño de la vocería. Se distribuye la palabra y el reporte aparece más como una cuestión técnica”, explicó.

Para Jara, esto descomprime la presión sobre el ministro al hacer partícipes a otros actores políticos. “Existe un amplio consenso en que una de las principales falencias en la gestión de esta crisis es el factor comunicacional”, afirmó.

El académico enfatiza en que uno de los aspectos más interesantes que puede advertirse del nuevo estilo de Paris es que parece haber descubierto que su principal interlocutor son los periodistas y medios de comunicación.

“Antes que polemizar con estos actores, se debe favorecer una política de cooperación y acceso a la información, con el fin de que el mensaje del Minsal llegue efectivamente a los hogares”, sostuvo.

Por último, insistió en que la mejor política en este momento es ser claro al transmitir mensajes. “Esperemos que la nueva etapa del ministro Paris marque también una inflexión que avance en esa dirección”, afirmó.

Desafíos múltiples

La experta en comunicación gubernamental y académica del Magíster en Ciencias de la Comunicación de la Usach, Paula Walker, consideró que el cambio de ministro era necesario en este momento, ya que Mañalich había perdido confianza por sus propias declaraciones.

“Cuando dijo que la estrategia y sus modelamientos se habían caído como castillo de naipes, la comunidad quedó al desamparo del cuidado médico que nos habían dicho que existía. Eso es muy grave”, sostuvo.

De acuerdo a la académica, el Gobierno erró al “politizar la pandemia”, manejando información de manera poco clara y privilegiando a la economía por sobre el cuidado de las personas.

“El ministro Paris tiene una tarea enorme por delante y sus desafíos son múltiples: el más importante es cambiar la mirada estratégica  del gobierno sobre la pandemia. El nuevo ministro no puede repetir lo mismo”, afirmó.

“Ante el fracaso del Gobierno frente al manejo de la pandemia, la sociedad civil debe estar en la estrategia y activar su fuerza y colaboración para protegernos frente a meses muy duros que vienen por delante”, concluyó.

Carolina Bonacic, directora de Innovación de Citiaps: “Los feriantes se han visto amenazados por la cuarentena”

Carolina Bonacic, directora de Innovación de Citiaps: “Los feriantes se han visto amenazados por la cuarentena”

Se trata de una plataforma virtual que conecta la oferta y la demanda de productos para ferias libres, desarrollada por el Centro de Innovación en Tecnologías de la Información para Aplicaciones Sociales de la Usach.

Su directora en Innovación, Carolina Bonacic, explicó que “esta es una aplicación que tiene por objetivo conectar de manera dinámica a los feriantes, consumidores y productores. Nuestro fin es generar una vitrina virtual para ayudar de buena manera a esta primera línea alimenticia. Los feriantes se han visto amenazados por la pandemia, y fuimos en su ayuda, por eso la idea es hacer que ellos puedan mostrar sus productos”, detalla la académica.

Escuche aquí la entrevista:

https://www.radiousach.cl/carolina-bonacic-directora-de-innovacion-de-citiaps-los-feriantes-se

Investigador Usach, Francisco Morales-Peña,  propone crear centros de teletrabajo en comunas vulnerables post COVID-19

Investigador Usach, Francisco Morales-Peña,  propone crear centros de teletrabajo en comunas vulnerables post COVID-19

Al respecto, propuso crear centros intercomunales de teletrabajo y telestudio, para optimizar los tiempos de desplazamiento en horario punta, que antes de la pandemia podían alcanzar hasta 2 horas.
 
“Tenemos muchas ciudades dentro de una gran ciudad”, argumentó el profesor Morales-Peña, señalando que la propuesta se encamina a la población más vulnerable en los territorios, algo que les permitiría acceder a un espacio de trabajo con conectividad, cercano a sus barrios, para optimizar su calidad de vida. Esto, en un contexto donde sólo el 20% de los trabajadores reúnen las condiciones necesarias para ejercer el teletrabajo.
 

Académica Pamela Figueroa: “Es ingenuo pensar que la gente se olvidó del movimiento social porque está en cuarentena”

Académica Pamela Figueroa: “Es ingenuo pensar que la gente se olvidó del movimiento social porque está en cuarentena”

Un análisis sobre la situación política del país en medio de la pandemia del Coronavirus realizó la integrante de la Comisión Técnica para una nueva Constitución y académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago, Pamela Figueroa.

En conferencia on line realizada por organismos internacionales, la doctora en Estudios Americanos del Instituto de Estudios Avanzados de la Usach compartió que, desde la llegada del COVID-19 al país, los chilenos han respondido de manera adecuada. Sin embargo, el Gobierno no lo habría hecho de la misma forma.

“La población ha respondido bastante bien a la cuarentena y se autocuidó antes de que el Gobierno la decretara. Hay más responsabilidad de la ciudadanía que de la política pública propiamente tal”, consideró.

Para la Dra. Figueroa, el Gobierno ha sido “reactivo” frente a la crisis sanitaria. “No tenía ninguna intención de poner el tema de la salud por sobre el económico. Hubo una respuesta muy ideológica, de que la forma de abordar la crisis iba a ser a través del apoyo al empleo formal y a las grandes empresas”, sostuvo.

Según su análisis, posterior a ello se registró un colapso en la economía chilena en pocas semanas y la precariedad de las personas comenzó a hacerse evidente. “Se ha utilizado un asistencialismo de propaganda, que es la repartición de alimentos directamente a la ciudadanía, pero de manera no planificada”, criticó.

La académica explicó que ello habría provocado dificultades a los alcaldes, producto de la falta de coordinación con el gobierno central. “Estamos en un momento muy crítico… Se subestimó el problema y, ahora, todo ha sido reacción. En política pública, si no se planifica, toda reacción es insuficiente”, consideró.

Oposición y encuestas

“La estrategia del Gobierno es conversar, pero no escuchar opiniones. Convoca a la oposición a través de reuniones, pide propuestas, pero luego toma otras decisiones”, afirmó. Desde su perspectiva, ello ocurre porque la oposición se encuentra actualmente fragmentada y, por lo mismo, debilitada.

Por otra parte, explicó que la razón que provocó una mayor aprobación del Ejecutivo en las últimas encuestas habría sido la mayor presencia del Presidente Piñera.“El aumento de la popularidad se explica porque el Gobierno de Piñera comienza a aparecer. En el estallido social estuvo ausente, fuera del acuerdo de noviembre y de toda la política”, indicó.

Itinerario constitucional

Respecto al itinerario para alcanzar una nueva Carta Magna, cuyo plebiscito fue aplazado producto de la pandemia, la exjefa de la División de Estudios del Ministerio Secretaría General de la Presidencia y coordinadora del Proceso Constituyente Abierto a la Ciudadanía señaló que este siempre ha sido “resistido por actores que hoy están representados dentro del Gobierno”.

En ese sentido, señaló que el Acuerdo Nacional que ha impulsado el Presidente Piñera habría sido malentendido por sectores del oficialismo. “Sectores conservadores quieren hacer un intercambio y, con este acuerdo fiscal, retirar el acuerdo constitucional”, advirtió.

“No podemos cuestionar, en este contexto, el acuerdo político más importante de los últimos años, que es el Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución”, sostuvo. “Es ingenuo pensar que, porque la gente está en cuarentena, se olvidó del movimiento social”, agregó.

A su juicio, el descontento ciudadano “se va a profundizar”. “Sostener el itinerario constitucional fortalece la democracia”, concluyó.

Conferencia

Figueroa realizó sus declaraciones durante la charla ‘Política latinoamericana durante la pandemia: análisis del caso chileno’, serie de conferencias en línea coordinadas por Daniela Campello, de la Fundación Getulio Vargas, y Yanina Welp, del Albert Hirschman Centre on Democracy.

La instancia busca ahondar en la situación de cada país con analistas locales y cuenta con el respaldo del Graduate Institute, la Fundación Getulio Vargas, la Red de Politólogas, Agenda Pública y el Observatorio de Reformas Políticas de América Latina.

En la conferencia, también participaron Rossana Castiglioni, doctora en ciencia política y académica de la Universidad Diego Portales, y Claudia Heiss, también doctora en ciencia política, periodista, ex Presidenta de la Asociación Chilena de Ciencia Política y académica de la Universidad de Chile.

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