Arquitectos Usach acusan que falta de planificación urbana está “pasando la cuenta” ante la pandemia
A juicio de dos académicos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile, el Dr. Carlos Muñoz y el Mg. Rodolfo Jiménez, riesgos como la alta densidad poblacional y falta de espacios públicos que permitan el distanciamiento social, fueron advertidos con anticipación por los expertos del país, sin embargo, hoy sus consecuencias se agudizan a raíz de la pandemia.
“Nosotros lo advertimos desde el punto de vista del poco espacio público, del colapso del transporte y de la escasa accesibilidad a los propios edificios donde, en horas punta, se atasca la
“¿Cómo esa gente va a poder sostener una distancia mínima de un metro si tienen que tomar un ascensor para subir a un piso 30?”, preguntó el académico. Para Rodolfo Jiménez, en tanto, el hacinamiento estructural de la ciudad es expresión de las inequidades sociales del país.“La arquitectura lo que hace es reflejar lo que ocurre en la sociedad, y no es que esté salvando a los arquitectos en esto, pero son expresiones de las desigualdades urbanas”, señaló.
El académico remarcó que en Chile “no existe la planificación, sino el mercado operando y tomando las decisiones de lo que se hace y no se hace en la sociedad. Desde ese punto de vista, las autoridades no hacen más que seguir lo que el mercado va mandando”. “La vivienda social, por ejemplo, ha buscado localizaciones en la periferia de la ciudad, en las zonas que son más económicas, más baratas, y que no están dotadas de servicios, áreas verdes ni equipamiento”, afirmó.
Teníamos ya la situación de Estación Central, por ejemplo, donde no teníamos plan regulador. En otros casos puede que lo haya habido, pero la regularización y la fiscalización no eran las apropiadas. También hay un afán desmedido por parte de inversionistas de ganar dinero fácil: desde el edificio inmobiliario de 30 pisos que supera los 4.000 habitantes por hectárea, hasta el que arrienda un galpón que no está habilitado para que vivan grandes grupos de personas o familias”, sostuvo el arquitecto.
En palabras de Muñoz, uno de los primeros aprendizajes a incorporar es que, “la ciudad, efectivamente, tiene que ser planificada y esa planificación tiene que ser fiscalizada”. “La planificación no puede ser un documento muerto, sino que tiene que haber una gestión, por ejemplo, de los gobiernos locales. Son ellos quienes tienen que encargarse de ver cómo coexisten la instalación de asentamientos humanos permanentes con el equipamiento de espacio público apropiado y coherente para esa instalación”, señaló.
