En el Salón de Bachillerato, se desarrolló ayer jueves (20), la conferencia “Centro Universitario Nopoki: Un testimonio de Educación Intercultural en la Amazonía”, dictada por el vicerrector administrativo de la Universidad Católica Sedes Sapientiae, Gian Battista Bolis, a cargo del señero organismo de instrucción académica -emplazado en la provincia peruana de Atalaya- que forma a jóvenes pertenecientes a etnias ancestrales de ese país, en áreas del conocimiento como educación, administración y ciencias agrarias.
“Nopoki es una palabra asháninca que significa ‘aquí estoy’, y que da el nombre al campus”, dijo Gian Battista Bolis al comenzar su intervención, dando a entender el cariz inclusivo que tiene el programa peruano.
“El Centro Nopoki es una iniciativa conjunta del Vicariato Apostólico de San Ramón (cuya sede encuentra en el Departamento peruano de Junín) y la Universidad Católica Sedes Sapientiae”, que desde el punto de vista académico “es un currículo formativo de la universidad”, agregó.
En esa línea, la entidad ofrece las carreras de Administración, Ingeniería Agroforestal y Educación Básica Bilingüe Intercultural. Acerca de ésta última- explica Battista Bolis- “es un programa que pertenece a la Facultad de Educación, donde al término de cinco años, los estudiantes obtienen su bachillerato en Educación Bilingüe Intercultural y -al año siguiente- la licenciatura que los convierte en profesores”.
La formación que entrega el centro peruano, apunta a configurar jóvenes indígenas capaces de impactar positivamente en sus comunidades de origen. Además del Bachillerato en Educación, tenemos “un programa de Ingeniería Agraria, con un enfoque forestal, y otro de Administración dirigido hacia el desarrollo de las comunidades indígenas de la zona”, añadió.
Sin embargo el Centro Universitario Nopoki, también posee instalaciones dedicadas a recibir, de forma permanente a sus estudiantes, pues muchos viven en lugares alejados del campus, y “transitar por la selva es muy costoso. Alrededor de 40 dólares puede valer un viaje, y eso nuestros estudiantes no lo pueden costear”, agregó.
Por eso, “la universidad se encarga de toda la parte académica, y el vicariato de la gestión de los lugares. En el albergue viven 150 jóvenes que vienen de las comunidades”, enfatizó.
Además, Gian Battista Bolis destacó que Nopoki ha titulado desde su inicio -en 2005- a 132 jóvenes de variadas etnias indígenas de Perú, de los cuales muchos “ya están trabajando en colegios”.
Testimonios
María Elena Rojas Ruiz, Liz Chávez Sánchez y Didier López Francis, estudiantes de la carrera de Educación Básica Bilingüe intercultural del Centro Universitario Nopoki, ofrecieron un extraordinario testimonio de lo que son políticas educativas inclusivas.
Para María Elena Rojas, instruirse en Nopoki, abrió sus perspectivas, ya que antes de entrar “era difícil para mí, relacionarme con otras etnias”.
Asimismo, declaró que las herramientas integrales que otorga el programa académico que cursa, son fundamentales, puesto que “si no sabes educar, no sabes enseñar”.
Por su parte, Didier López, definió Nopoki como una universidad intercultural, donde los estudiantes pueden hablar sus idiomas vernáculos y, a través de los conocimientos que adquieren, propiciar que sus propias comunidades se desarrollen y no sucumban ante olvido y el paso de los años.
El joven de la etnia Yanesha de 24 años, señaló que el valor de Nopoki radica en que “da enseñanza que va a valer en el futuro”.
Finalmente, Liz Chávez hizo un llamado enfático a defender la identidad y costumbres de los pueblos indígenas. La descendiente de la cultura Shipibo, dijo sentirse orgullosa de los trajes y ornamentos propios de su cultura, que muchas veces han sido objeto de discriminación en su nación.
“Debemos valorar a los pueblos indígenas porque éstos también son parte de los países”, expresó.
Estudiantes mapuches
“Que haya una universidad en que miembros de culturas milenarias se puedan juntar, y les enseñen más sobre su propia cultura, encuentro que es súper enriquecedor”, opinó Leticia Huaiquipán, estudiante de origen mapuche, que sigue la carrera de psicología en la Universidad Católica de Temuco.
“Los admiro porque, como pueblos originarios, están súper arraigados con sus orígenes”, anexó.
“Ellos defienden su cultura y eso es genial”, agregó por su lado Brian Paillalef Molina, hoy estudiante de bachillerato y futuro educador diferencial por la misma institución.
Aquí en Chile, “hay muchos que se avergüenzan de ser mapuches y se visten con ropa cara para ocultarlo”, añadió.
Tras los testimonios de los estudiantes de Nopoki, “hay un desafío para el país y sus ciudadanos”, reflexionó Leticia Huaiquipán Zumelzu. “La mayoría de los chilenos son mapuches, y no lo quieren aceptar. Si soy mapuche y chilena, no por eso voy a olvidar mis raíces”, reflexionó.
“Deberíamos rescatar ambos mundos y unirlos, en vez de separarlos”, concluyó.
La última jornada
El encuentro concluye hoy y contempla conferencias, talleres y testimonios. Particularmente, se revisarán temas asociados a manifestaciones artísticas y literarias poniéndolos en el centro como valor pedagógico en el contexto de la inclusión e interculturalidad en Perú y Chile.
Destaca el taller ‘Literatura: Nuestras narraciones’, que dictarán las académicas del Programa de Bachillerato en Ciencias y Humanidades de nuestra Corporación, Marcela Orellana y Paula Giovanetti, sobre sus vivencias tras recopilar cuentos orales en la zona de la Amazonía peruana.
El cierre, que está previsto para las 18 horas, contempla la presentación del connotado tenor mapuche José Quilapi Aniguir.