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Futuras arquitectas ganan certamen Abrilar 2016 con proyecto social sustentable

Futuras arquitectas ganan certamen Abrilar 2016 con proyecto social sustentable

  • Utilizando como base el modelo de una vivienda social chilena que no superase los 60 metros cuadrados, las estudiantes de la Carrera de Arquitectura Daniela Arias Antipe y Victoria Norambuena Navarrete, obtuvieron el primer lugar en la tercera versión del concurso organizado por la empresa farmacéutica Pharma Investi y patrocinado por el Colegio de Arquitectos.

 




Un equipamiento básico de vestuario y baños junto a una multi-cancha vecinal o de barrio, que tenga asociado un espacio exterior informal, de convivencia o reunión en torno a la actividad deportiva permitiendo fortalecer el tejido social de la comunidad vecinal, fue el objetivo de la tercera versión del certamen Premio Abrilar Sustentable, promovido y financiado por la empresa farmacéutica Pharma Investi, con el patrocinio del Colegio de Arquitectos.

En decisión unánime del jurado, el primer lugar lo obtuvo el equipo de nuestra casa de estudios integrado por Daniela Arias Antipe y Victoria Norambuena Navarrete, bajo la guía del profesor Oscar Luengo, quienes presentaron el anteproyecto “Pabellón Comunitario R3 para la comuna de La Pintana”.

“Lo llamamos así porque nuestra planta arquitectónica era reversible, replicable y reciclable, y nuestra idea de crear un pabellón era generar una plaza cubierta que tuviera servicios, baños, disponibilidad de agua para la gente, un espacio que fuera acogedor, y tuviera una infraestructura adecuada para un lugar vulnerable”, explica la estudiante de magíster Integrado en Diseño Arquitectónico, Victoria Normabuena.

Razones constructivas

En su tercera versión, el concurso solicitó la creación de un camarín para multicanchas utilizando materiales reciclables y que se emplazara en un lugar vulnerable. Fue así como luego de analizar los tipos y cantidad de blocks existentes en la Región Metropolitana y la cantidad de áreas verdes por persona el equipo eligió la comuna de La Pintana.

“El block condiciona mucho la forma de vida, si tienes el cumpleaños de tu hijo no puedes invitar a 30 personas. Nos fijamos también que este tipo de vivienda tiene muy asociada la existencia de canchas, por eso dijimos que debía tener camarines y tener la capacidad de ser reversible. Queríamos entregar algo digno, que cambiara el paradigma que tienen los barrios vulnerables”, explica la tesista de Arquitectura, Daniela Arias.

Según describen las estudiantes, la planta arquitectónica del anteproyecto cuenta con dos núcleos de servicios para duchas y baños. Además posee la cancha, un área para el árbitro, bodegas, repisas y espacios multifuncionales que pueden ser desplazados con las manos gracias a rieles en el piso, permitiendo que se adecúen a las necesidades de los usuarios.

En cuanto a los materiales utilizados, el equipo basó el diseño en gaviones de piedras, con los que crearon los núcleos y partes estructurales de la maqueta. Mientras que para envolver y generar los centros reversibles o movibles, seleccionaron pallets de madera que permitieron la construcción de muros livianos.

Rol social del plantel

El jurado, seleccionado por la empresa farmacéutica Pharma Investi, otorgó en decisión unánime el primer lugar al ante-proyecto Pabellón Comunitario por contar con todos los requisitos solicitados, insertando el espacio público al tejido social de las viviendas, sin resguardar el proyecto. “Nuestra idea fue que la comunidad se sienta parte de él y no ajena, al estar cerrado con rejas como otros proyectos”, explica Daniela Arias.

En cuanto a las habilidades empleadas durante la ejecución del proyecto, la estudiante Victoria Norambuena sostiene que “la Universidad de Santiago en si es bastante enfocada en lo social y muy industrial. Siempre está a la vanguardia en tecnología pero no pierde el foco social, entonces hemos adquirido las herramientas durante estos años para poder realizar un proyecto con estas características. Incluso realizamos nuestras prácticas en comunas vulnerables a lo largo del país, en donde se conocen realidades muy distintas a la de Santiago”, indica.

Para Daniela Arias el objetivo primordial de los arquitectos es pensar en el futuro, “como profesionales tenemos muchas opciones de trabajo, pero lo que sí o sí debemos hacer es pensar en el futuro, y el futuro es el cuidado del Medio ambiente. Quizás con cosas muy simples como reconfigurar un pallet de madera podemos innovar en un proyecto que sea estéticamente bonito y que funcione, demostrando que lo reciclado no es feo”, indica.

El premio del primer lugar es de 5 millones de pesos, de los cuales 3 millones y medio serán para las estudiantes, y 1 millón y medio será destinado a la Escuela de Arquitectura para fortalecer su infraestructura. 
 

Facultad de Ingeniería valora intercambio en despedida de estudiantes extranjeros

Facultad de Ingeniería valora intercambio en despedida de estudiantes extranjeros

  • Esta Unidad Mayor, a través del programa Alianzas Internacionales del Proyecto Nueva Ingeniería 2030, realizó el cierre de actividades para 19 estudiantes de intercambio provenientes de Europa, Norteamérica y América Latina. En el encuentro, los jóvenes entregaron su visión y experiencia, a la vez que reconocieron la importancia de la movilidad estudiantil en la formación profesional.

 





Una jornada destinada a destacar el papel de la movilidad estudiantil en la formación profesional de los Ingenieros, encabezaron las autoridades de la Facultad junto a los 19 estudiantes de intercambio que durante este semestre académico participaron del programa.

Como cierre de las actividades se realizó la charla “La importancia del Intercambio para la formación del Ingeniero”, en donde se expusieron las distintas miradas y experiencias de los participantes, resaltando los cuatro ejes del programa: Armonización curricular, Investigación y Desarrollo, Alianzas Internacionales, y Sinergia y Gestión del Cambio.

Para la subdirectora del Programa Alianza Internacional Proyecto de Ingeniería 2030, Anoek van den Berg, la iniciativa busca promover que el ingeniero se forme de manera innovadora, flexible y que adquiera ciertas habilidades que se exigen hoy en día. “En el tema de áreas internacionales es importante que los estudiantes conozcan enseñanzas impartidas en otros países para que formen nuevas habilidades y refuercen sus áreas blandas, especialmente para los ingenieros, que no suelen tener ese tipo de aprendizaje durante la carrera”, agrega.

Charla de intercambio

En el marco de las actividades desarrolladas durante el programa, la charla buscó acercar a los estudiantes el significado de participar de los programas de movilidad estudiantil, destacando el rol de la Facultad como pionera en ésta área.

Cristian Vargas, Vicedecano de Investigación y Desarrollo de la Facultad sostuvo que “la actividad de movilidad estudiantil se realiza desde siempre, pero la finalidad hoy en día es fortalecer estos intercambios con vínculos, con actividades concretas, aprovechando los recursos que nos entrega el proyecto de Ingeniería 2030. Queremos potenciar y aumentar el número de estudiantes que pudieran hacer intercambio, y también recibir, de tal manera de incidir en la formación transversal de lo que será el Ingeniero de los próximos años”.

Mientras que el Director de Docencia de la Facultad, Manuel Salinas, expresó su satisfacción con el avance del proyecto. “El hecho de que los estudiantes vayan a conocer otras realidades no tan solo les permite crecer en su acervo técnico, sino que también en su acervo cultural. Van a ganar mucha experiencia, a hacerse más autovalentes, tendrán mayor cantidad de habilidades blandas, lo cual redunda en que tengan mejores posibilidades en el mercado laboral”, indica.

Movilidad estudiantil

Durante este semestre participaron 19 alumnos en el proyecto 2030, provenientes de México, España, Uruguay y Francia, quienes tomaron asignaturas en las distintas carreras que imparte la Facultad de Ingeniería del Plantel.  

Durante la charla, Eduardo Cisneros, estudiante de Ingeniería Industrial de intercambio académico desde la Universidad del Valle de Atemajac, Guadalajara México, contó su experiencia en Chile. Según relata antes de llegar al país no conocía nada, pero le llamaba la atención el comportamiento de los chilenos que llegaban de intercambio a su país, asegurando que tras su estadía comprendió que "los aspectos culturales los hacen diferentes y muy amables".

Para el estudiante de intercambio, “estar aquí ha sido una gran experiencia. La educación es más libre, cada estudiante puede investigar por su cuenta. La ciudad de Santiago es muy linda, y las ciudades cercanas también, me voy muy contento con mi experiencia en Chile y en la U. de Santiago", indica.

Sobre la experiencia de estudiar en el extranjero, el estudiante de Ingeniería Civil en Minas de la U. de Santiago, Christian Cancino, quien participó de un intercambio de 1 año en la Universidad de Freiberg, Alemania, resaltó los beneficios de participar del programa de movilidad estudiantil, asegurando que “refuerza las habilidades blandas, los conocimientos técnicos y creces como persona, ya que debes enfrentarte a un mundo distinto, en donde debes valerte por ti mismo, pero cuentas con el apoyo académico necesario”, indica. 

Ignacio Troncoso Gajardo, estudiante de Ingeniería y futbolista profesional: “En esta Universidad se vela por el bien común”

Ignacio Troncoso Gajardo, estudiante de Ingeniería y futbolista profesional: “En esta Universidad se vela por el bien común”

  • Junto con cursar el tercer año de la carrera de Ingeniería en Obras Civiles e integrar la selección de fútbol del Plantel, Ignacio defiende cada fin de semana la camiseta de Deportes Melipilla, club que se ubica a un punto del líder de la segunda división profesional. “En mi familia siempre se ha dicho que la prioridad deben ser los estudios”, aclara.

 





Cada mañana, de lunes a viernes, Ignacio Troncoso Gajardo entrena en la comuna de La Reina junto al plantel de Melipilla, club de la segunda división profesional del fútbol chileno. Los fines de semana, como centrodelantero del equipo, juega por el torneo nacional.

También de lunes a viernes, viaja desde La Reina a Estación Central. Después de cada entrenamiento se traslada a la Universidad de Santiago, donde cursa el tercer año de la carrera de Ingeniería en Obras Civiles. Ante todo, su objetivo en convertirse en un profesional universitario.

“A veces quisiera tener más tiempo para rendir mejor, especialmente en la Universidad, y no faltar a mis clases”, advierte. “También hay momentos en que necesito más descanso, pero tengo que seguir adelante. Estoy convencido de que terminaré la carrera, aunque me demore un poco más”, agrega.

Pero Ignacio, a sus 26 años, no solo participa dentro de las aulas. También fuera de ellas, particularmente en el estadio de la Universidad, donde entrena junto a sus compañeros de la selección de fútbol del Plantel, sobre quienes no duda en destacar su compromiso, así como el buen trabajo del entrenador Giovanni Natali. “El campeonato de fútbol universitario es difícil. Existe un alto nivel, especialmente en lo físico”, asevera.

Entre el fútbol y la educación

Desde pequeño Ignacio y su familia vivieron en la comuna de Peñalolén. Su papá trabajaba en Famae. Su mamá era dueña de casa. Junto a ellos, un hermano y una hermana, ambos mayores que él. “Mi papá y mi mamá fueron seleccionados nacionales de básquetbol, igual que mi hermana”, comenta con orgullo. La misma que hoy estudia Kinesiología. Su hermano, en tanto, se tituló por la Universidad de Santiago de ingeniero en obras civiles.

“En mi casa siempre se hablaba de que había que estudiar. Me enseñaron que esa era la prioridad”, asegura. Entre los ocho y diez años, paralelamente a su enseñanza básica, Ignacio integró las divisiones cadetes de Colo Colo. Un cambio de colegio lo obligó a retirarse. Durante la enseñanza media se incorporó a los cadetes de Universidad Católica. Fueron solo dos años. “En todo momento tenía muy presente que la prioridad eran los estudios”, recuerda. Ya egresado, llegó el momento de decidir su futuro en la educación superior.

Es ahí cuando el deporte le dio una oportunidad que decidió aprovechar. Becado por la Universidad Gabriela Mistral, Ignacio, además de jugar en la selección de fútbol, comenzó a estudiar construcción civil. “No me gustó la universidad. Tenía muy pocos compañeros, no sentía ninguna motivación por ir a clases y tampoco me exigían mucho”, asegura. Consciente de que no podía seguir ahí solo por el fútbol, luego de dos años se retiró.

El deseo por seguir estudiando lo llevó a postular a la Universidad de Santiago de Chile, recomendada por su hermano. Su ingreso en 2010 era un hecho. Sin embargo, recibió una oferta para jugar en un club de tercera división, la que aceptó, optando por concentrarse exclusivamente en eso. “Me fue muy bien ese año. Fui goleador del campeonato”, rememora, aunque al no recibir nuevas ofertas, decidió rendir nuevamente la PSU para, ahora sí, ingresar al Plantel.

Una nueva prioridad: ser padre

Inmediatamente se identificó con el Plantel. Ignacio no solo se sintió acogido por sus compañeros y profesores. También muy motivado para avanzar en la carrera de Ingeniería en Obras Civiles. A eso se sumaría su destacada participación en la selección de fútbol.

“Académicamente me costó un poco el primer año, por el alto nivel de exigencia de esta Universidad”, reconoce. En ese contexto, recibió una gran noticia. Su polola, que también estudia en la Universidad de Santiago, en la carrera de Ingeniería en Metalurgia, le confirmó que serían padres. “Estuve a punto de dejar la Universidad y dedicarme solo a trabajar para generar recursos, pero mi hermano me motivó a que siguiera”, rememora.

Casi terminando su segundo año, en 2012, el fútbol le regaló una nueva oportunidad. Luego de participar durante una semana en una prueba masiva, el cuerpo técnico del club Magallanes, de la Primera B, le ofreció un contrato de trabajo. A pesar del alto nivel de exigencia que debía enfrentar, tanto en el fútbol como en los estudios, Ignacio decidió continuar con ambas actividades. Quizás con menos ramos y participando esporádicamente en la selección de la Universidad, pero nunca dejando de lado su gran objetivo.

“Mis compañeros de curso han sido fundamentales. Son muy solidarios, considerando que muchas veces he tenido que faltar a clases. Y en todos los cursos, pues me he atrasado al tomar menos ramos”, resalta Ignacio. Y agrega: “En esta Universidad hay un tema social muy fuerte. Existe una identidad donde se vela por el bien común”.

El incondicional apoyo familiar

Su paso por Magallanes se extendió por dos años y medio. Durante ese periodo nació su hija. Junto a ella y su polola, el gran apoyo cuando se trata de tomar decisiones, se instalaron en una casa que le prestó su abuela, cerca del Parque O’Higgins. Dadas las circunstancias, finalmente en 2014 se vio obligado, con mucha resignación, a congelar la carrera.

Pero no pasaría mucho para que Ignacio retomara sus estudios, además de cambiar de club. Esta vez fichó en Deportes Pintana, club de la segunda división profesional. Su buen desempeño generó el interés de Melipilla, equipo en el que hoy disputa la punta del torneo y donde destaca por sus goles. “Mis padres siempre me acompañan en el estadio, incluso fuera de Santiago. También llevan a mi hija, a quien le gusta mucho el fútbol”, comenta.

Y mientras ella va al jardín infantil, su polola continúa con su carrera, de la que solo le resta un año y medio, además de trabajar los fines de semana. A Ignacio, por su parte, le queda la mitad de la suya. Por ello, entre viajes y concentraciones en hoteles aprovecha el tiempo para estudiar, algo que también genera la admiración de sus compañeros de equipo.

“En general el mundo del fútbol no me atrae mucho. Solo me gusta jugar”, aclara. Su objetivo, como insiste, está puesto en conseguir el título de ingeniero. “En algún momento de la carrera tendré que tomar la decisión de dejar el fútbol, especialmente cuando aparezcan las prácticas”, anticipa. Y es que a pesar de la satisfacción que le genera, Ignacio tiene muy claro que su prioridad siempre serán los estudios.
 

Premian a estudiantes ganadores de concurso que relaciona la matemática con la fotografía

Premian a estudiantes ganadores de concurso que relaciona la matemática con la fotografía

  • El Math Lover Foto DMCC Usach 2016, organizado por el Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación de la Facultad de Ciencia, convocó a los jóvenes de pre y posgrado de todo el Plantel para que relacionaran la matemática con la vida cotidiana en nuestra Casa de Estudios, a partir de la fotografía. Hubo varias categorías y en una de ellas (Matemática en Nuestro Entorno) el ganador fue Fabián Rojas Clavería de la Carrera de Publicidad.

 





El pasado 30 de noviembre se premió a los ganadores del primer concurso Math Lover Foto DMCC Usach 2016, certamen organizado por el Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación de la Facultad de Ciencia, que a través de la fotografía buscaba que los estudiantes de pre y posgrado de todo el Plantel relacionaran la matemática con la vida cotidiana en nuestra Casa de Estudios.

Las fotografías debían contener en su temática lugares, espacios o formas que se encontraran dentro de la Universidad, investigadores, estudiantes o profesores en clases, o estudiando e investigando matemáticas en bibliotecas o salas de estudios, y formas naturales donde se encontraran conceptos matemáticos asociados.

La profesora del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación, y organizadora del concurso, Dra. Claudia Vargas-Díaz, señala que el propósito de la competencia era que los estudiantes se hicieran partícipes “de esta experiencia de descubrimiento matemático a través de la fotografía”.

“Tratamos de dar un enfoque de una matemática más cercana, más familiar. Queremos acercar la matemática a la gente, no darla como una cosa abstracta, monótona, sin aplicación. De hecho, a nivel mundial, la mayoría de los educadores abogan por entregar una matemática más creativa, y más recreativa”, explica.

La académica recalca que asimismo, se está intentando dejar de lado el enfoque academicista “como por ejemplo de aprenderse fórmulas, o de dar resultados, por una matemática en la cual las personas puedan encontrar una utilidad y también la belleza de la ciencia”.

Además, aclara, “está tan al alcance de los estudiantes apreciar la matemática de manera visual a través de sus teléfonos celulares o cámaras fotográficas haciendo un uso provechoso de la tecnología”.

Concurso

Cuatro jurados anónimos decidieron a los ganadores. Dos profesores del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación, y dos representantes del área de Patrimonio, especializados en fotografía, de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio del Plantel.

En la categoría Matemática en la Naturaleza el triunfador fue el estudiante Héctor Astudillo Silva, 27 años, de sexto año de Ingeniería Civil Eléctrica, mención en sistemas eléctricos de potencia, con la fotografía “r(θ)=cos(21* θ)”, ecuación que al ingresarla en el software online WolframAlpha, daba como resultado en los gráficos una flor de 21 pétalos muy parecida a una margarita.

“Este año tomé muchas fotografías a flores porque consideraba que tenían mucha relación con las ecuaciones polares. Y empecé a buscar en el entorno físico para encontrar algún elemento matemático, como simetría o alguna figura geométrica, pero finalmente vi esta flor en la EAO que le daba directamente la luz del sol”, comenta Héctor Astudillo.

Para lograr la fotografía que esperaba, explica que simplemente “abrí el diafragma de mi cámara y tomé la fotografía”, técnica que aprendió en los talleres de los Elencos Vocacionales del Plantel.

Recuerda que hace algunos meses había sufrido un accidente que no le permitía utilizar su mano derecha, a pesar de ello, una amiga lo incentivó a participar.

“La fotografía tiene mucha matemática, y mucha física. Y también hay un fuerte lado artístico que tiene la fotografía, dada por las artes visuales y la teoría de la estética”, subraya.

En tanto, en la categoría Gente Haciendo Matemática, el primer lugar fue para el estudiante Qi Feng Gong, de Ingeniería Civil en Electricidad, con la fotografía titulada “Desarrollo intelectual numérico y geométrico de una criatura humana”.

Mientras que en la categoría Matemática en Nuestro Entorno, el ganador fue el estudiante Fabián Rojas Clavería, de Publicidad, con la fotografía “Equilátero de admisión, en mantención” (fotografía que ilustra esta nota), el segundo lugar fue para el estudiante Leonardo Castillo Guerrero, de Bachillerato en Ciencias y Humanidades, con la fotografía “En base de la altura”, y el tercer lugar fue para el estudiante Francisco Sabugo Neira, de Ingeniería Civil en Minas, con la fotografía “Mundo toroide en el patio de los sapos”.

Los ganadores recibieron como premio una Tablet, mientras que aquellos que obtuvieron el segundo lugar obtuvieron un libro de fotografía.
 

Estudiantes de Tecnología en Diseño Industrial muestran sus trabajos en ExpoDiseño

Estudiantes de Tecnología en Diseño Industrial muestran sus trabajos en ExpoDiseño

  • Promover la identidad de la carrera a nivel universitario, informar y educar al público sobre los alcances del Diseño Industrial y su aporte a la sociedad, fue el objetivo de la segunda versión de la Expo-Diseño, organizada por el centro de estudiantes de la carrera y que contó con financiamiento de la Vicerrectoría de Apoyo al Estudiante. “El Diseño Industrial tiene un enfoque muy social, y nosotros queremos que nuestros productos sean un aporte para la ciudadanía. Apuntamos a la innovación, que tengan precios alcanzables y subir los estándares de fabricación”, explica su presidenta Javiera Gallardo.

 


Variados proyectos realizados en láminas y prototipos expuso en los pasillos de la Escuela de Artes y Oficios el Centro de Estudiantes de Tecnología en Diseño Industrial, carrera de 6 semestres dependiente de la Facultad Tecnológica, que a través de la segunda versión de la Expo-Diseño buscó dar cuenta del vínculo existente con la empresa productiva y el servicio social que desempeñan.

La actividad, que se realizó entre el 30 de noviembre al 2 de diciembre, mostró a la comunidad universitaria y académica los trabajos teóricos y prácticos realizados durante el presente año académico.

En palabras de la presidenta del Centro de Estudiantes, Javiera Gallardo, quien además cursa el último semestre de la carrera, la actividad logró consolidarse respecto al año anterior, logrando transmitir a gran cantidad de público las labores profesionales que puede realizar un egresado de la carrera.

“El Diseño Industrial tiene un enfoque muy social, y nosotros queremos que nuestros productos sean un aporte para la ciudadanía. Apuntamos a la innovación, que tengan precios alcanzables y subir los estándares de fabricación, a diferencia de los productos Chinos que suelen ser de mala calidad. Nosotros podemos investigar y manufacturar buenos productos”, sostiene la estudiante.

Consolidación Expo-Diseño

La iniciativa surge el año 2015 en manos del Centro de Estudiantes de la carrera de esa época, quienes buscaban dar a conocer el tipo de trabajos que realizaban durante su formación, desafío que en ese entonces asumieron con recursos personales.

En esta nueva versión, los estudiantes consiguieron apoyo de la Vicerrectoría de Apoyo al Estudiante, organismo que aportó con 500 mil pesos para montar módulos y comprar materiales.

Axel Molina, consejero académico de la carrera, y estudiante de Tercer año, sostiene que “fue impactante el crecimiento de la expo desde el año pasado hasta hoy,  ver cuánto se ha masificado la actividad, y que podamos dar a conocer lo que hacemos en Diseño Industrial. Hemos contado con el apoyo de nuestros profesores y esperamos que esta expo siga creciendo”.

Proyectos en exposición

La carrera emerge como disciplina que busca preparar futuros profesionales con alta competencia tecnológica, visión industrial y productiva, convirtiéndose en un referente nacional, que además contribuya social y económicamente al desarrollo del país.

En ese contexto, a lo largo de la malla los estudiantes son preparados para enfrentar dichos desafíos, los que presentaron en la Expo-Diseño.

Según explica Javiera Gallardo, rescataron trabajos de diversos cursos para levantar la iniciativa, como es el caso del Taller 1, en donde dan cuenta de los procesos que pasan los diseñadores para poder realizar un producto, desde investigación, requerimientos de los usuarios y ergonomía, los que presentaron a través de tótem informativos.

En taller 2, ejecutan ayudas técnicas para personas con problemas de movilidad, entre ellos destaca un artefacto que sirve para colocar dentro de una cuchara, con la cual las personas que tengan dificultad para comer, puedan hacerlo con mayor facilidad. En este taller los alumnos trabajan en cooperación con el Centro de Trastorno de Movimiento Humano, CETRAM.

En taller 3, los estudiantes mezclan los conocimientos adquiridos en los cursos previos, desde investigación, manufactura y productos. Los trabajos realizados en este curso corresponden a aeropuertos y una biblioteca nacional, que fueron presentados en láminas distribuidas en tótem. Además presentaron diseños de polímeros en matrices, con trabajos en resina y bancos realizados a partir de procesos de manufactura.

Valentina Jorquera Cabello, estudiante de Psicología y campeona nacional de este deporte: “Se debe eliminar la cultura machista que existe en el ajedrez”

Valentina Jorquera Cabello, estudiante de Psicología y campeona nacional de este deporte: “Se debe eliminar la cultura machista que existe en el ajedrez”

  • A sus 21 años, ostenta el título de Woman International Master y dos Normas de Gran Maestra, logro que comparte con otras dos jugadoras más del país. Su gran meta es llegar a ser la primera Woman Grand Master de Chile, la mayor distinción del ajedrez femenino. “Cada vez que estoy frente a un tablero, me siento en un estado pleno, como componiendo una nueva obra de arte”, asegura.

 







Si se trata de su pieza más representativa dentro del tablero, su respuesta es diversa: la dama, el rey y el peón. Y es que para Valentina Jorquera Cabello, actual campeona nacional de ajedrez y una de las más jóvenes en conseguirlo, “este juego es una poética sin fin, con el que cada día aprendo algo distinto”.

A sus 21 años cursa el cuarto año de Psicología en la Universidad de Santiago de Chile, lo que ha logrado compatibilizar con su exitosa carrera deportiva. De hecho, a principios de septiembre, participó en la Olimpiada Mundial de Ajedrez en la ciudad de Bakú, Azerbaiyán. “Fue uno de los torneos que ha convocado a más gente en el último tiempo. Con alrededor de dos mil jugadoras”, destaca, agregando que “es interesante la diversidad cultural que se genera, a pesar de las guerras y conflictos entre distintos países”.

Si bien no es una disciplina olímpica, Valentina asegura que el ajedrez es uno de los deportes más practicados en Chile. Asimismo, aclara que nada ha sido fácil en sus 16 años junto al tablero. “Muchas veces he pensado en dejarlo profesionalmente, al ver todo el esfuerzo de mi familia para que yo tenga los recursos y pueda seguir compitiendo a nivel internacional”, reconoce. Aunque también advierte que “el ajedrez es para toda la vida y no es algo de lo que pueda desprenderme”.

Con esa misma convicción, no duda en cuestionar las discriminaciones de género que existen en esta disciplina, a propósito de la categoría Open, en la que participan hombres y algunas mujeres, y otra exclusivamente femenina.

El inicio de una rápida consagración internacional

Valentina nació en Rancagua y es la menor de cuatros hermanos. El mayor, terapeuta ocupacional, vive en Argentina dedicado a la música. Luego, su hermana abogada. El tercero es odontólogo, con quien vive cerca del Parque Bustamante. También ajedrecista de alto nivel.

Su papá, profesor de educación física, les enseñó ajedrez a ambos. “A los cinco años le pedí aprender a jugar. Cada vez le exigía saber más. Incluso lo acompañaba a Doñihue, cerca de Rancagua, al club donde comenzó a hacer clases”, recuerda, aclarando también que su mamá no juega. A los siete años, le ganaba a niños de catorce. Ya era parte del club y jugaba torneos por equipo.

Su primer campeonato internacional fue en Argentina, a donde viajó junto a su papá y hermano. Valentina tenía ocho años. Obtuvo el quinto puesto, entre hombres y mujeres. A los diez años comenzó a ganarle a su papá, por lo que aparecieron nuevos profesores. Junto a su hermano entrenaban y leían libros y revistas de ajedrez. A esa misma edad fue tercera a nivel panamericano. “Podría haber sido el gran paso para participar internacionalmente en mundiales, pero era muy difícil conseguir los recursos”, lamenta.

Y si bien el distanciamiento con su hermano –quien ingresó a la universidad en Argentina– le afectó duramente, entrenar sola no fue un obstáculo. Con la ajedrecista húngara Judit Polgár como referente, Valentina seguía sorprendiendo y conseguía logros poco frecuentes a nivel nacional. A los doce años fue campeona sudamericana en los juegos escolares y otras dos veces consecutivas en el sudamericano sub-20.

“Eso me entregó el título de Woman International Master y dos Normas de Gran Maestra. Son títulos que, salvo una jugadora que se fue a vivir a España, y otra que lo recibió esta semana, nadie más tiene en el país”, aclara. Una acumulación de muy buenos torneos que le permitió consagrar un altísimo nivel de juego. Pero no solo eso. También podría llegar a ser la primera Woman Grand Master de Chile, la mayor distinción del ajedrez femenino.


En busca de diversidad cultural y conciencia social

A pesar del temprano éxito deportivo, su familia siempre ha insistido en la necesidad de acceder a la educación superior, algo que Valentina agradece. “Mi objetivo es ayudar a las personas y contribuir a un cambio social”, explica. Su decisión, entonces, no solo se centró en acceder a alguna beca deportiva. También en la calidad de lo que se propuso estudiar: Psicología.

“Ya conocía a estudiantes de la Universidad de Santiago, de su equipo de ajedrez. Ellos me motivaron a ingresar acá. Además, me llama la atención su historia. De hecho, aquí he podido desarrollar el tema de la conciencia social de manera más crítica”, comenta. Y junto con valorar la activa participación del movimiento estudiantil, destaca que “la diversidad social y cultural que existe en esta Universidad no se encuentra en cualquier parte”.

Desde segundo año se vio obligada a disminuir la carga académica, para compatibilizar los estudios con las exigencias de los campeonatos de ajedrez, descartando siempre la posibilidad de congelar la carrera. En cuanto a las labores académicas, en distintas asignaturas ha podido reflexionar y escribir sobre “cómo la vida imita al ajedrez”, analizando todo desde una perspectiva del juego y la representación simbólica.

Incluso tiene decidido estudiar, después de titularse, el Diplomado en Psicología del Deporte y la Actividad Física que ofrece el Plantel. “En Chile no existen psicólogos deportivos para el ajedrez y a nivel mundial son muy pocos. Sería algo muy innovador para el país”, advierte.

Discriminación de género y naturalización del machismo

Desde la perspectiva de género, en el ajedrez Valentina se identifica con la dama. “Es una pieza que al principio no existía y sin embargo ha pasado a ser la más valiosa del tablero. Es muy bonito pensarlo como un proceso histórico, donde la dama logró hacerse valer por sí misma. Una clara dicotomía con la figura del rey”, analiza, resaltando también la idea de que cualquier peón puede llegar a transformarse en otra pieza, “como una capacidad de soñar y ser lo más valioso”.

Pero no solo el ajedrez y la psicología son parte de su vida. También disfruta tocar la guitarra y cantar. De hecho, en Rancagua era parte de una banda de neofolclor con bases electrónicas, llamada Indoorfinas. Además, junto a un grupo de amigos se encuentran autogestionando una productora audiovisual. El principal objetivo es producir un documental sobre ajedrez y género.

“Se relaciona con mi vivencia particular de sentirme, en algún momento, marginada y discriminada desde un espacio intelectual de hombres más bien cerrado”, detalla. “Era intimidante llegar a los clubes de ajedrez, con hombres que se sienten humillados cuando les gana una mujer”, recuerda.

En ese sentido cuestiona los códigos sociales y naturalizaciones del machismo que invaden ese ámbito. “Sería mejor si no existieran categorías, lo que requiere incentivar más la participación femenina y los premios que se entregan. En definitiva, eliminar la cultura machista”, exige.

Componer obras de arte, pero con dificultades

Cuando se trata de ajedrez, su mayor placer surge durante el juego. “Cada vez que estoy frente a un tablero me siento en un estado pleno. Es una meditación que me permite desprenderme de factores externos”, confiesa Valentina. “Siento que compongo una nueva obra de arte. Pueden repetirse las aperturas, pero siempre emerge una belleza nueva”, comenta con satisfacción, valorando el aprendizaje permanente que esto le significa.

Sin embargo, lamenta su limitada participación internacional, a pesar de su gran nivel. Y es que Valentina solo ha jugado en dos mundiales: Eslovenia y Brasil. Además, en las Olimpiadas de Rusia (2010), Noruega (2014) y Azerbaiyán (2016). “El 2012 fui campeona sudamericana, pero el sistema de clasificación de la Federación no me permitió ir a la Olimpiada de Turquía. Podría haber jugado muchos más torneos internacionales, pero desde la federación no me han apoyado lo suficiente”, critica.

Hoy, por ser campeona nacional, tenía el derecho de jugar en México un campeonato preclasificatorio al Mundial Femenino de Irán de 2017, en representación de Chile. No obstante, se ausentó. “Todo era gratis, excepto el pasaje en avión. Desde la Federación solo me ofrecieron una ayuda de 500 dólares. Pero al representante masculino le financiaron todo”, cuestiona con frustración. “Mis papás han vivido endeudados para financiar los viajes, especialmente mi mamá que siempre se ha sacrificado para gestionar y conseguir los recursos. Ella es una de mis principales impulsoras y uno de los soportes emocionales fundamentales de mi familia”, añade.


Por ello, junto con aseverar que se ha ganado el derecho de participación que no debería estar limitado por estos factores, advierte que en Chile dedicarse a esta disciplina deportiva implica impartir clases. “Tampoco es fácil conseguir un trabajo así, pues exige demostrar cualidades pedagógicas”, aclara. “Para dedicarse solo al ajedrez, hay que ir a vivir a Europa. Allá hay muchos campeonatos y pagan muy bien por ganar torneos”, concluye.

 

U. de Santiago: Clases primer semestre 2013 se inician el 18 de marzo

Prensa de Osorno destaca ejemplar apoyo de estudiantes de Arquitectura de la U. de Santiago a comunidad local

Prensa de Osorno destaca ejemplar apoyo de estudiantes de Arquitectura de la U. de Santiago a comunidad local

Estudiantes de Arquitectura de la U. de Santiago están generando un positivo impacto en la Región de Los Lagos, con el trabajo que desarrollan desde enero en localidades costeras de esa zona. Los jóvenes han propuesto innovadores proyectos de infraestructura turística que buscan crear identidad territorial a través de la imagen arquitectónica local.

Recientemente el Diario Austral de Osorno destacó en sus páginas principales la propuesta de construcción de un mirador para la localidad Choroy Traiguén, en la comuna de San Juan de la Costa, un diseño de las estudiantes Cristina Varas, Paulina Romo y Eloísa Cisternas, que recibió el apoyo unánime de las autoridades locales y de la comunidad. (ver link).

Luego de recopilar antecedentes socioculturales de la zona, las jóvenes elaboraron el  diseño para el mirador turístico, que incluye elementos asociados a la cosmovisión mapuche-huilliche, como el kultrún y el guillatún, plasmados en la figura del círculo y  que representan el cosmos, la tierra y la familia.

En cuanto a materiales se propone utilizar los que existen en la zona y son trabajados por los artesanos, como la madera nativa, piedra laja, las tejuelas (con alta resistencia a la humedad) e incluso varas de colihues para la elaboración de sombrillas y accesorios del futuro mirador.

Para la estudiante Cristina Varas, en la construcción de esta estructura la intención es poner de relieve las raíces indígenas e ir creando identidad en los espacios públicos a través de la imagen arquitectónica. Estos aspectos se sumarán a la incorporación de señalética y de esculturas, que se instalarán en accesos y vías peatonales de Choroy Traiguén.

Se espera que el financiamiento para la obra provenga de fondos regionales asignados al municipio de San Juan de la Costa y que en abril de 21013 se inicien los trabajos de construcción. Tanto las autoridades como la comunidad tienen muchas expectativas con la instalación del mirador, al que ven como un nuevo atractivo para los turistas.

Portal y Anfiteatro

Al diseño del mirador se suman otros dos proyectos arquitectónicos elaborados por las estudiantes de Arquitectura de la U. de Santiago: el portal de acceso a la localidad de Puaucho y el diseño de un anfiteatro.

Cristina Varas explica que Puaucho es el lugar donde se concentran todos los edificios municipales (juzgado, centro de salud, escuela, biblioteca) por lo tanto el diseño del portal de acceso tiene especial relevancia por la imagen que se quiere proyectar del lugar. “Quisimos generar una zona que preste todos los servicios, tanto al visitante cotidiano como al turista, por lo que se crearon diversas áreas: información turística, venta artesanal, venta de comidas, estacionamientos, paraderos, servicios de Internet, entre otros)”.

Por último, el proyecto del anfiteatro consiste en la creación de un espacio público abierto en el borde costero -en la plaza central de Maicolpué- donde se podrán realizar las distintas actividades de verano. En el mismo sector, las estudiantes proponen darle un nuevo valor a los espacios aledaños, con el diseño de una oficina de turismo, paraderos y consolidación de áreas verdes.

Para Cristina Varas, el trabajo en la zona costera de Osorno “ha sido una grata experiencia. Nos hemos enfrentado a un escenario desconocido en términos socio-culturales, aquí las comunidades indígenas tienen una gran participación y nosotras hemos aprendido con ellas. Esto se lo debemos a   la formación  de la Escuela de Arquitectura de nuestra Universidad, que nos enseña a contextualizar nuestros proyectos y considerar a la comunidad para quienes trabajamos”, puntualizó la estudiante de Arquitectura.

 

 

Con balance positivo concluyen trabajos voluntarios de estudiantes de la U. de Santiago en Angol

Con balance positivo concluyen trabajos voluntarios de estudiantes de la U. de Santiago en Angol

Durante los últimos siete días de enero cien estudiantes de distintas carreras de la U. de Santiago, desarrollaron trabajos voluntarios en la comuna de Angol en la Región de La Araucanía, experiencia que fue calificada como exitosa en un ciento por ciento por los dirigentes de la Federación de Estudiantes.

 
Los universitarios, coordinados por su organización estudiantil y asesorados por la Vicerrectoría de Apoyo al Estudiante, trabajaron directamente con la Municipalidad de Angol, el Concejo Municipal y las organizaciones comunitarias, aportando con sus conocimientos y capacidades al mejoramiento de las condiciones de vida de la población.
 
El presidente de la Federación de Estudiantes, Sebastián Donoso, indicó que los trabajos se concentraron en las áreas de construcción y reparación de viviendas para familias vulnerables; salud comunitaria mediante operativos de salud en distintos sectores, y un minucioso trabajo de topografía, que se tradujo en un levantamiento geográfico de los recursos de la zona, la actualización de un mapa geográfico y el apoyo a la elaboración de un plan regulador comunal.
 
Además, y por solicitud del Concejo Municipal, los jóvenes realizaron un catastro de perros vagos en la ciudad de Angol, trabajo que permitirá a las autoridades avanzar en una política para enfrentar adecuadamente este problema.
 
La vicepresidenta de la Federación de Estudiantes, Camila Carrasco destacó que en Angol se rompió el carácter habitual de los trabajos voluntarios, al darle prioridad a la capacitación de las organizaciones sociales. “Esta vez quisimos entregar herramientas a los vecinos, información sobre fondos concursables y otros programas y recursos a los que pueden postular para resolver sus problemas y generar proyectos propios”, afirmó la dirigenta.
 
En relación al trabajo en el área de Salud, la vicepresidenta de la Federación de Estudiantes, destacó la visita que los jóvenes hicieron a una comunidad mapuche, donde pudieron conocer el uso de la medicina tradicional de este pueblo, lo que se suma a la medicina intercultural que se entrega en el hospital de Angol. “Para los estudiantes estos aspectos resultan muy importantes, porque no sólo vamos a aportar con nuestros conocimientos, sino a aprender de la comunidad, vinculándonos con ella, con su historia y sus aportes a la sociedad”, recalcó.    
 
La comunidad de Angol acogió en forma muy positiva a los jóvenes, tanto las autoridades municipales, del Liceo Industrial donde estuvieron alojados (de administración delegada de la U. de Santiago) y la comunidad en general. Para la vicepresidenta de la Federación, Camila Carrasco, “los estudiantes de la Universidad de Santiago han demostrado, una vez más, su responsabilidad y compromiso social, estamos muy contentos por esta experiencia”.

Estudiantes de Arquitectura entregan asesoría técnica en localidades apartadas del sur de Chile

Estudiantes de Arquitectura entregan asesoría técnica en localidades apartadas del sur de Chile

Compromiso social y competencia  es lo  que  demuestran cada  verano estudiantes de quinto año de la Carrera de Arquitectura de la U. de Santiago, en distintas localidades  hasta  donde  llegan para  desarrollar prácticas profesionales  voluntarias. Esta  vez no ha sido la excepción y comunas de las regiones de Los Ríos y La Araucanía, se están beneficiando desde  enero con iniciativas  de asistencia técnica y servicios prestados a comunidades socialmente vulnerables.

Los jóvenes se han distribuido por grupos en las comunas de San Juan de la Costa (3), Purranque (4), Río Negro (3), San Pablo (4) y Puerto Octay (2), todas de la provincia de Osorno; y en la cordillerana comuna de Lonquimay (7), en la Región de La Araucanía. Hasta la última semana de febrero los universitarios trabajarán en forma mancomunada con los gobiernos locales y sus comunidades en la elaboración de proyectos de desarrollo que permitan mejorar la infraestructura local y el entorno.

El grupo es dirigido por el coordinador de prácticas, académico Carlos Richards, quien indica que esta iniciativa social de la Escuela de Arquitectura de la Universidad “busca que sus estudiantes pongan al servicio de la comunidad los aprendizajes adquiridos en sus años de estudio”.

Respecto del trabajo en terreno, el profesor explica que los estudiantes en forma voluntaria optan por el Programa de Prácticas en zonas alejadas y rurales. Los practicantes financian su traslado y ponen sus equipos (pc), software y destrezas intelectuales al servicio de los municipios y, éstos, por su parte, financian la permanencia.

La Universidad, en tanto, designa a un académico responsable que gestiona las prácticas, supervisa el desarrollo del programa, realiza visitas a terreno y – antes de iniciar el trabajo- suscribe un convenio de colaboración con el municipio beneficiario.

Responsabilidad social

En total son veintitrés los universitarios que realizan su práctica en esta zona del sur del país. Varios de ellos expresaron a la Prensa Austral de Osorno que la decisión de realizar su práctica lejos de su residencia, se debe al sello de responsabilidad social y compromiso con el desarrollo del país que la Universidad de Santiago les inculca en su proceso de formación profesional.

Cristina Varas, practicante de Arquitectura en San Juan de la Costa, puntualiza que su experiencia en esa comuna “ha sido muy gratificante y productiva. Hemos realizado tres proyectos arquitectónicos para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, entre ellos el diseño de un mirador, ya que esta zona tiene un alto potencial para el desarrollo turístico”.

El profesor Carlos Richards, por  su parte, destaca que este trabajo en terreno “marca” el desarrollo profesional de los estudiantes de Arquitectura: “Tenemos arquitectos de nuestra Universidad que luego de la experiencia en las Prácticas Voluntarias de Gestión, se han radicado en lugares tan lejanos como Chiloé o Coyhaique, para desarrollarse profesionalmente y aportar a sectores sociales que lo necesitan. Muchos de ellos, luego de trabajar en sectores apartados, descubrieron que Santiago no es Chile”, remarca.

Asimismo, el académico Richards agrega que algunos estudiantes, comprometidos con las comunas donde han realizado sus prácticas, han elegido como investigaciones de título, problemas detectados en estos territorios.

Por último, el académico de la Escuela de Arquitectura plantea que las prácticas son valiosas, tanto para los municipios –porque cuentan durante varias semanas con el trabajo de practicantes competentes técnicamente para aumentar su cartera de proyectos- como para los universitarios “que desarrollan habilidades distintas a las adquiridas en la academia. En general, todos reconocen que la experiencia en estos lugares ha sido positiva en sus vidas”, concluye.

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